El Ministerio de Trabajo ha abandonado su objetivo inicial, pactado con los sindicatos, de eliminar las prácticas extracurriculares de los becarios que, a diferencia de las curriculares, son voluntarias y no permiten la convalidación de asignaturas optativas. Según el nuevo texto del Estatuto del Becario que ha remitido a los agentes sociales, y al que ha tenido acceso ON ECONOMIA, el departamento que dirige Yolanda Díaz ha decidido ampliar el periodo transitorio de 1 a 3 años para que puedan seguir impartiéndose “todas” estas prácticas extracurriculares.

Se trata de un guiño a la CEOE contraria a la desaparición de las extracurriculares, pero también a ERC, EH Bildu y PNV -socios parlamentarios del Gobierno de coalición- contrarios igualmente a su eliminación como desveló antes de Navidad el secretario general de CCOO, Unai Sordo. Ni sindicatos ni patronal han querido valorar el contenido del nuevo texto que les ha remitido el Ministerio de Trabajo, pues deben analizarlo internamente dentro de sus organizaciones.

El anterior borrador tenía una redacción algo confusa en referencia al periodo transitorio de las prácticas extracurriculares, pues establecía que podrían seguir en vigor durante tres años tras la entrada en vigor de la norma, “en aquellas titulaciones donde no estuviese previsto la realización de prácticas curriculares”. Y matizaba que en caso de que un centro educativo ofreciese a sus alumnos los dos tipos de prácticas -curriculares (obligatorias para obtener la titulación) y extracurriculares (voluntarias)-, “este periodo transitorio de aplicación e integración se reduce a un año”.

Y se trata de muchos becarios, pues según un estudio de CCOO el 82% de los estudiantes de los 5.000 centros formativos con prácticas tienen ambas modalidades a su disposición. Lo que supone que la gran mayoría de los becarios que actualmente pueden realizar prácticas en las empresas, tendrían que limitarse a las curriculares tras un año de vigencia de la futura norma, con la desaparición de hecho de las extracurriculares al año de la puesta en marcha del Estatuto del Becario.

 “Las prácticas extracurriculares podrán aplicarse durante un periodo de tres años desde la entrada en vigor de la presente norma”

Pero el nuevo texto ofrecido para negociar ha venido a simplificar las cosas y amplía los tres años de supervivencia a los 5.000 centros educativos, sin importar que tipo de prácticas estén ofreciendo: “Las prácticas extracurriculares podrán aplicarse durante un periodo de tres años desde la entrada en vigor de la presente norma, siempre que cumplan todos los requisitos establecidos en ésta y solo hasta un máximo de 36 créditos por curso académico”. Elimina así la restricción de los tres años para los centros que compaginen las extracurriculares con las curriculares.

Principal escollo

La eliminación de las prácticas extracurriculares ha sido el principal escollo de la negociación abierta por el Gobierno con empresarios y sindicatos. El Ministerio de Trabajo, al menos al principio de la negociación, y los sindicatos eran partidarios de la desaparición total de las prácticas extracurriculares, limitándolas a las curriculares, y desviando a los becarios de prácticas extracurriculares a los contratos de formación regulados por el artículo 11 del Estatuto de los Trabajadores (ET) con remuneración y relación laboral. En opinión de los sindicatos y de Trabajo, en las prácticas extracurriculares es donde más fraude se ha venido produciendo con los becarios.

La CEOE ha buscado una mayor flexibilidad en las prácticas en las empresas que, a diferencia de los contratos de formación del ET, no suponen una relación laboral con los estudiantes por lo que no pueden realizar tareas que pudiesen desempeñar empleados en nómina. Por otro lado, el Ministerio de Trabajo tampoco cuenta con suficiente apoyo parlamentario entres sus socios habituales, pues según desveló Sordo ERC, EH Bildu y el PNV quieren mantener las prácticas extracurriculares. Detrás hay una defensa de las universidades de sus diferentes territorios que se han mostrado contrarias al proyecto del Estatuto del Becario de Trabajo y, especialmente, con el fin de las prácticas extracurriculares.

Apoyo parlamentario

Lo que ha provocado que los agentes sociales hayan pedido al Ministerio de Trabajo que antes de entrar a negociar cualquier modificación en el borrador aclare el apoyo parlamentario con el que cuenta para sacar adelante la futura norma. De hecho, los sindicatos han venido quejándose de que el Estatuto del Becario no se haya aprobado ya a pesar de que en octubre se cerrase un acuerdo entre ellos y el Ministerio de Yolanda Díaz. Entonces, las centrales insinuaron que la falta de apoyos parlamentarios impidió al Gobierno aprobar el texto y no tanto la negativa de la CEOE a sumarse al acuerdo.

Pero la ampliación a 3 años de la existencia de las prácticas curriculares no es el único cambio del nuevo borrador remitido esta semana a los agentes sociales. La referencia de que las prácticas extracurriculares están limitadas a “un máximo de 36 créditos por curso académico” podría invitar a que se amplíen hasta este tope que, en la práctica, suponen 900 horas de práctica en la empresa. Bien es cierto que no implica un cambio legal, pues ahora se puede llegar a esos plazos, pero no se había expresado de forma tan clara en ninguna norma, lo que podría abrir la puerta a periodos en la empresa que dificulten la convivencia con los estudios.

Formación específica

Igualmente, la nueva propuesta flexibiliza las prácticas de carácter específico de ciertas profesiones “reguladas” que exigen la práctica en una empresa como un requisito indispensable para poder ejercer, como por ejemplo pilotos de aviación. La postura anterior de Trabajo era dar prioridad en estas prácticas a los contratos de formación regulados en el artículo 11 del ET (remunerado). Pero se ha suprimido la última frase: “siempre que no resulte posible su realización conforme al artículo 11 del ET).