María Martínez, de 58 años y más de 10 en desempleo, dice que “quiere trabajar, que busca empleo, pero hay poco, de poco salario y de poca duración y, aunque estoy apuntada al Servicio de Empleo, no he recibido ni una sola oferta de trabajo, solo cursos”. Martínez, periodista de profesión, ya ha perdido la esperanza de volver a trabajar en lo suyo y se limita a colaboraciones esporádicas que le piden sus conocidos y denuncia, que algunas ofertas que le han llegado de portales de trabajo como Infojobs, “exigen dos y tres idiomas, pagando una miseria”. Martínez comenta el caso de su amigo de 56 años, Jesús, un profesional empleado muchos años en Iberia, que solo ha conseguido empleos de camarero con salarios bajos y jornadas interminables. Ahora, como ella, está con trabajos esporádicos que le ofrecen amigos y conocidos.

Eva García, de 61 años, perdió su empleo en 2012, como millones de personas. Desde entonces ha tenido tres trabajos, todos con el mismo perfil de salarios bajos y temporales y, aunque no se queja de jornadas maratonianas, sí del poco aprecio por su experiencia. “Es muy complicado encontrar trabajo porque nadie quiere a personas mayores, no se valora la experiencia. Prefieren a profesionales con la carrera recién terminada que, muchas veces, venían a preguntarme cómo tenían que hacer las cosas o con jefes poco preparados”. Coincide también que los trabajos los ha obtenido, o a través de Infojobs, o por contactos de amigos. De los servicios de Empleo no ha recibido ninguna oferta.

García, que trabajó para una empresa que cotiza en Bolsa y es informática experta en SAP, tiene muy claro que solo volverá a trabajar si le ofrecen algo que merezca la pena. “Prefiero, dice, apretarme el cinturón y vivir con lo que tengo, que volver a este tipo de empleos. Afortunadamente, tengo la hipoteca pagada y mis hijos trabajan”, dice. El caso de María es similar, con la hipoteca ya pagada y sin hijos, por lo que se apaña con el dinero que gana su marido y el subsidio que cobra por mayor de 52 años, una prestación que también cobra su amigo Jesús. Sin embargo, los tres siguen en activo y con la esperanza de que alguien les llame para un trabajo que, como comentan, “sea aceptable”.

El 30% de los parados

Los tres forman parte del colectivo de los 870.600 mayores de 50 años (en media trimestral en 2023) que están en paro y buscan activamente un empleo y que ya superan en número a los parados por debajo de 30 años (822.500), según el Observatorio trimestral del mercado de Trabajo de Fedea. Según la EPA, de los 2,9 millones de personas de media trimestral que se declaran desempleados, el 29,9% tiene más de 50 años; el 28,2% menos de 30 y el colectivo entre 30 y 49, el 41,8%. Unos porcentajes que, no obstante, pueden variar trimestralmente; de hecho, en el tercer trimestre los menores de 30 años eran el 30% y los mayores de 50 el 29,7%, un pelín por debajo.

Floren Felgueroso, investigador de Fedea y autor del trabajo “Envejecimiento y paro”, reseña que España es el país de la UE en el que más ha crecido el desempleo de los mayores de 50 años. “Los desempleados de 50 o más años de España representan el 27% del total de desempleados de la UE en ese grupo de edad, 17 puntos porcentuales más que en 2005”. Entre las causas de esta progresión, el economista experto en mercado laboral señala el envejecimiento de la población, el incremento de la tasa de actividad de los mayores que buscan activamente un empleo, pero también que los inmigrantes son cada vez más mayores y se suman a este colectivo.

Tasa de paro inferior

No obstante, la tasa de desempleo de los mayores es muy inferior a la de los jóvenes, debido a un mercado laboral envejecido, donde una buena parte de los empleos los ocupan trabajadores seniors, mientras que los más jóvenes tiene dificultades para incorporarse al mundo laboral. Así, los menores de 30 años tienen las mayores tasas de paro, según la EPA: un 40,2% en los de 16 a 19 años están buscando empleo; el 25% entre los de 20 y 24 y el 15,6% en los de 25 a 29 años. En cambio, los de 50 a 54 años tiene una tasa de paro del 9,6%; los de 55 a 59, el 10,8%, el 11,4% los de 60 a 64 y desciende al 7,8% para los de 65 a 69. No obstante, las menores tasas de paro están en el colectivo de 30 a 49 años, por debajo del 10%.

Ahora bien, el mayor número de parados en el colectivo seniors frente al de los jóvenes está distorsionado por el escaso volumen de desempleado de la cohorte de 16 a 19 años, 128.500. Sin embargo, el mayor número de parados se concentra en aquellos que tienen entre 20 y 24 años (358.300) y en segundo lugar, entre los de 25 y 29 (325.800). En el caso de los mayores, el segmento de 50 a 54 es el más numeroso por volumen de parados de este colectivo (325.300 personas que buscan empleo), seguido de 55 a 59 (312.100) y los de 60 a 64 (208.100). Los que superan los 65 años son testimoniales, 25.200, de los que 2.300 han cumplido los 70.