En un gesto que refleja la mejora de la solvencia soberana de España, la agencia de calificación Moody's ha procedido a una revalorización generalizada de catorce gobiernos regionales y entidades locales, con una atención particular a Catalunya. La decisión, que sigue al ascenso de la calificación española de Baa1 a A3 el pasado 26 de septiembre, sitúa a las instituciones catalanas en un nuevo escenario de credibilidad financiera. La Generalitat ha visto mejorada su calificación de Ba1 a Baa3, un salto cualitativo que la sitúa en el umbral del grado de inversión.

Este reconocimiento es especialmente relevante si se considera que Catalunya comparte esta revaloración con Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana, territorios con trayectorias fiscales similares en los últimos ejercicios. Moody's subraya que "estas cuatro comunidades autónomas han mostrado una mejora fiscal durante 2024, con mejores saldos operativos y menores cargas de deuda". La agencia prevé que "estas condiciones fiscales continuarán mejorando durante los próximos dos o tres años", con la especificidad de que Catalunya y Castilla-La Mancha alcanzarán saldos operativos primarios positivos.

El Ayuntamiento de Barcelona experimenta una revaloración paralela, pasando de Baa1 a A3, en reconocimiento de su "prudente gestión presupuestaria, sus elevados saldos operativos, sus superávits financieros, su baja carga de deuda y su sólida liquidez". Esta mejora posiciona a Barcelona al mismo nivel que Madrid, a pesar de las diferencias estructurales entre ambas economías. La proyección de Moody's anticipa que las finanzas barcelonesas se mantendrán "sólidas" en el próximo trienio, un factor clave para la captación de inversiones en un contexto metropolitano crecientemente competitivo.

La decisión de Moody's pone de relieve la arquitectura multinivel de España. Por un lado, Euskadi consigue la calificación más elevada ('A2'), respaldada en lo que la agencia describe como su "régimen fiscal protegido constitucionalmente". Este reconocimiento institucionaliza, desde la perspectiva de los mercados, la efectividad de los regímenes forales como herramienta de gestión fiscal.

Por otro lado, territorios como Asturias, Castilla y León, Galicia y la Comunidad de Madrid reciben el reconocimiento por su "sólido rendimiento fiscal y financiero", con proyecciones de estabilidad o descenso de los niveles de deuda. Esta revaloración coordinada por parte de Moody's trasciende el ámbito estrictamente financiero. Para Cataluña, representa:

-Un reconocimiento internacional de los esfuerzos de consolidación fiscal en un contexto postsoberano complejo.
-La posibilidad de acceder a financiación en condiciones más favorables, aliviando la carga financiera.
-La proyección de una imagen de estabilidad institucional hacia las agencias de calificación.

El caso andaluz, con una mejora de dos escalones (de Baa2 a A3), demuestra que las dinámicas regionales continúan siendo diversas dentro de la tendencia general de mejora. Moody's sitúa a Catalunya en un horizonte de dos o tres años de continuidad en la mejora fiscal, aunque señala los retos estructurales que persisten. La calificación Baa3 abre la puerta al grado de inversión, pero mantiene a las administraciones catalanas por debajo de las calificaciones otorgadas a los territorios forales y a las comunidades con trayectorias fiscalmente más sólidas.

Este escenario sugiere que, si bien el camino recorrido es significativo, la próxima frontera en la relación de Catalunya con las agencias de calificación exigiría alcanzar una diferenciación positiva respecto a la media autonómica, un objetivo que requeriría no solo una gestión fiscal prudente sino también un entorno de crecimiento económico sostenido.