Banco Mediolanum, la entidad financiera española del grupo italiano Mediolanum, se ha marcado nuevos hitos para 2023, después de tres años con una actividad marcada por la pandemia, la guerra de Ucrania y la inestabilidad de los mercados internacionales. El banco que preside Carlos Tusquets augura un aumento en el número de clientes -similar como mínimo al 12% registrado el pasado año- que le permita este año elevar hasta los 10.000 millones el volumen de recursos gestionados en 2022 (8.906 millones, con una caída del 0,9% respecto de los niveles de 2021).

El consejero delegado, Igor Garzesi, ha explicado este martes que la entidad acrecentará la captación de nuevos clientes, pero persigue, especialmente, que la mitad de los 208.710 depositantes actuales confíen a Mediolanum su operativa financiera global, “que nos tengan como su banco de referencia”, ha dicho. Según Garzesi, el incremento en el número de clientes vino marcado en 2022 por “la capacidad de los asesores financieros del banco -family bankers- que configuran la red de 1.620 profesionales dedicados a orientar a los particulares sobre la gestión de sus ahorros”. En cinco años, deberían disponer de 3.000 family bankers, para alcanzar los 390.000 clientes en España. “Lo óptimo es que cada asesor atienda a como mucho unos 130 clientes”, ha apuntado. La red de asesores se complementa con 338 empleados para los servicios centrales de la entidad, que no tiene red de oficinas y trabaja en colaboración con Banco Santander y Correos para los clientes que necesitan realizar alguna operación presencial y aunque sí dispone de unos 80 puntos de atención en toda España para que sus asesores contacten con la clientela.

En 2022, el banco cerró el ejercicio con un beneficio neto de 30 millones de euros, un 117% más que el año anterior, y unos ingresos de más de 141 millones, con un crecimiento anual del 17,1%. Registró a la par una cifra “récord”, según Garzesi, en la cartera crediticia hasta los 1.209 millones, un 14% más, con un nivel de morosidad “bajo” del 0,48%.

La entidad, que llegó a España a través de la compra de la banca privada Fibanc, en el año 2000, ha ido ampliando sus servicios y, además de la gestión de depósitos, inversiones y líneas de financiación, ofrece una gama de seguros en colaboración con Mapfre y Generali, desde 2019. “Tenemos un modelo de relación personal con los clientes -siempre particulares, nunca empresas- con la plataforma digital que canaliza el 98% de la operativa global, y se complementa con los family bankers, que son la columna vertebral del banco”, ha comentado.

“Nuestra ratio de solvencia está es del 16,01%”, ha expuesto el presidente Carlos Tusquets, y “tenemos un nivel de liquidez del 612%, seis veces lo que determina el Banco Central Europeo”. Tanto Tusquets como Garzesi han coincidido en augurar que el Banco Central Europeo (BCE) continuará subiendo los tipos de interés mientras "no pueda reconducir la inflación a tipos cercanos al 2%". "Hasta que no se corrija la inflación, los tipos y el Euríbor van a seguir aumentando", ha añadido el consejero delegado, que ha sumado la invasión rusa de Ucrania a la ecuación, ya que, según él, su fin ayudará a cambiar el entorno macroeconómico.

Asimismo, ha asegurado que es "inevitable" que las entidades bancarias empiecen a remunerar los depósitos de sus clientes, ya que, en sus palabras, el entorno tiene que adecuarse a la realidad actual. En este sentido, han destacado que este año han lanzado para sus clientes un depósito a 3 meses remunerado al 3% y otro a 6 meses con un tipo de interés del 4%, desde una inversión mínima de 3.000 euros. “La situación se irá equilibrando entre el activo y el pasivo de la banca, en su conjunto”, ha dicho Garzesi.

En cuanto a las turbulencias en los mercados provocadas por los problemas de diversas entidades financieras, el director comercial de Banco Mediolanum, Salvo La Porta, ha quitado hierro a la incidencia para la banca europea de la crisis del banco regional Silicon Valley Bank y también de Credit Suisse, entidad suiza que ha recordado que arrastraba problemas desde hace años.

Banco Mediolanum fue una de las entidades que en otoño del 2017 decidió trasladar su sede social fuera de Catalunya, en este caso a Valencia, para salvaguardar los intereses de sus clientes y "garantizar la conexión" con la UE amenaza de una declaración unilateral de independencia en Cataluña. Con todo, mantuvo su sede fiscal y operativa en Barcelona, ​​pero pese al transcurso de los años no ve "un motivo para dar la vuelta atrás", ha dicho el consejero delegado.