La movilidad residencial se ha incrementado notablemente en la región metropolitana de Barcelona en los últimos cinco años. La proporción de población metropolitana que ha cambiado de residencia dentro de la región ha pasado del 8,8% en 2017 al 28,3% en 2022, es decir, se ha triplicado, superando el millón a cien mil personas. La necesidad de encontrar un habitáculo accesible económicamente ha sido el principal motivo que ha provocado el cambio para uno de cada cuatro traslados registrados, evidencia un estudio elaborado por el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB), a partir de los datos de la Encuesta de Cohesión Urbana (ECURB) 2022.

Se pone de manifiesto que la estrechez económica ha crecido progresivamente desde el 2017, con un incremento de 9,6 puntos porcentuales, pasando del 14,4% al 24%, y es el nivel más elevado desde las primeras encuestas realizadas en 1995. Cabe decir que se ha empeorado por encima del 17% de cambios provocados por los problemas económicos del periodo 2006-2011, cuando estalló la crisis financiera e inmobiliaria. Además, en los últimos cinco años la percepción de dificultad por|para encontrar vivienda asequible se ha extendido a toda la región metropolitana y si en el 2017 el 50,5% de los encuestados la percibía, ahora este porcentaje se ha elevado al 64,3%. También ha habido un aumento importante de población que señala causas relacionadas con el precio de la vivienda como razón principal para escoger el lugar de residencia (del 15% en 2017 al 23,7% en 2022).

La tendencia podría consolidarse en función de las perspectivas que tiene a estas alturas la población sobre sus necesidades residenciales: prácticamente un tercio de los encuestados (30%) del área metropolitana prevé cambiar de vivienda en los próximos cinco años, un incremento relevante respecto del 2017 (23%). Las expectativas de cambio residencial han aumentado particularmente en la ciudad de Barcelona, siendo el ámbito que actualmente registra el porcentaje más elevado (35,5%).

Aunque, en los últimos cinco años, los movimientos hacia una nueva vivienda se producen mayoritariamente dentro de los mismos municipios (66,3%), y la ciudad de Barcelona es el ejemplo más palpable, especialmente durante el último año, la percepción de dificultad para encontrar vivienda asequible se ha extendido por toda la región metropolitana de Barcelona, en los últimos cinco años. Mientras que en el 2017, Barcelona (62,6%) destacaba claramente con respecto al resto de territorios, seguimiento a distancia para|por el Vallès-Collserola (53,5%) y el delta del Llobregat (50,5%), en el 2022, la situación ha cambiado de manera significativa. Ahora resulta que la percepción que tiene la población con respecto a sus dificultades para encontrar un habitáculo asequible se están igualando y también son territorios problemáticos el Maresme, el Ordal y los municipios del entorno del Llobregat; en más ciudades como Sabadell y Terrassa. De hecho, las poblaciones del delta del Llobregat (69,4%) y el Maresme (67%) superan actualmente en Barcelona (66,1%) como territorios con la proporción más elevada de población que percibe este problema de acceso a la vivienda.

El año 2022, el 85,5% de la población metropolitana está satisfecha con su barrio de residencia, según se desprende de la encuesta. Sin embargo, se va consolidando en el conjunto de la región metropolitana una tendencia creciente de población que hace una valoración negativa de diferentes aspectos de los barrios. Así, entre 2011 y 2022, los mayores incrementos de valoración negativa se han producido en la calidad ambiental (del 6,8% al 20,2%), la disponibilidad de aparcamiento (del 38,7% al 52,1%), el estado del entorno (del 7,8% al 17,2%) y la seguridad ciudadana (del 10,1% al 19,2%).

El proceso de metropolitanitzación avanza

También durante el último año casi la mitad de la población metropolitana ocupada (48,1%) trabaja en otro municipio metropolitano, evidenciando que el proceso de metropolitanitzación sigue avanzando. El barrio, en cambio, se afianza como espacio de referencia para hacer las compras de alimentos frescos (73%) y envasados (69,6%), para ir al médico de familia (65,1%) y para hacer gestiones bancarias (47,6%) y actividades deportivas (46,1%).

Además, el barrio está donde se ubica mayoritariamente la red de apoyo informal (de la familia a los amigos) de la población metropolitana. Esta red juega un papel fundamental, porque está en la que recorre la población ante dificultades como la falta de recursos económicos (58,2%), los problemas para encontrar trabajo (45,4%) o el malestar psicológico o emocional (39,5%).