El Euríbor ha cerrado el 2025 con un 2,267%, el quinto incremento consecutivo. Una cifra que refleja un año de transición hacia un escenario de mayor tranquilidad después de los fuertes movimientos de los años anteriores. Sin embargo, la tendencia de los últimos cinco meses apunta a un cambio de ciclo, marcando el fin de una etapa de rebajas pronunciadas en las cuotas. Si se analiza la evolución completa del año, se puede observar que el indicador inició enero en el 2,525%, su punto más elevado de todo el ejercicio.
Desde este pico, ha experimentado una suavización de 0,258 puntos porcentuales a lo largo de los doce meses. Esta bajada, sin embargo, no ha sido lineal ni constante. De hecho, el comportamiento anual revela que el Euríbor se ha movido dentro de una horquilla relativamente estrecha, oscilando entre el 2% y el 2,5%, un marco de volatilidad reducida que contrasta con las fuertes oscilaciones vividas durante la crisis energética y la inflación galopante.
En una comparación interanual, el Euríbor registra un descenso de 0,167 puntos porcentuales respecto a diciembre de 2024, cuando se situó en el 2,436%. Esta corrección, aunque modesta, se traduce en un cierto alivio para aquellas personas cuya revisión anual de la hipoteca coincide con este mes. Para una hipoteca media de 150.000 euros a veinticinco años, con un diferencial del 1%, la cuota mensual pasaría de los 745,8 euros que se pagaban hace un año a unos 732,32 euros actuales.
Esto representa un ahorro aproximado de 13,5 euros al mes y unos 160 euros menos al año. Sin embargo, este alivio es significativamente más modesto que las fuertes rebajas que se produjeron en el periodo 2023-2024. Y lo que es más relevante: para una parte importante de los hipotecados, concretamente aquellos con revisiones semestrales, el último tramo del año ha supuesto justamente lo contrario: un incremento en su cuota.
Dado que en junio de 2025 el Euríbor se situó en el 2,079% (0,188 puntos por debajo de diciembre), estos prestatarios verán cómo su préstamo se revalora. Aplicando la misma hipoteca y tipo, la subida sería de unos 16,54 euros más al mes. En un contexto de contención, se espera que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su actual política de tipos de interés estabilizados durante buena parte de 2026, sin grandes movimientos ni al alza ni a la baja. Los mercados de derivados, no obstante, comienzan a descontar una posible subida de tipos ya bien entrado 2027, un horizonte todavía lo suficientemente lejano como para no generar alarma inmediata.
El auténtico problema del mercado
Los analistas coinciden en señalar que el foco de preocupación se ha desplazado. La escasez de propiedades en venta mantiene los precios en niveles elevados, un desequilibrio entre oferta y demanda que se inició tras la pandemia, en 2021, y que no ha hecho más que ampliarse con el paso de los años, amenazando también la dinámica del mercado para el año 2026.
Esta presión en el precio del activo neutraliza en parte los beneficios de la estabilidad en los tipos. En este contexto, la banca ya ha comenzado a ajustar sus condiciones. Al menos nueve entidades han revisado al alza los intereses de sus hipotecas, incluyendo productos de tipo fijo. Entre ellas figuran Santander, BBVA, Bankinter, ING e Ibercaja, así como Unicaja o Banca March. Este movimiento refleja una reorientación de la política comercial hacia márgenes más amplios.
En definitiva, 2025 ha supuesto para el Euríbor el año de la consolidación y la normalización. Se ha dejado atrás la fase de incertidumbre extrema y se ha entrado en una senda de fluctuaciones suaves, marcada por una política monetaria más previsible. Pero también ha sido el año que ha cerrado la puerta a las fuertes rebajas en las cuotas, poniendo de relieve que el reto principal para el acceso a la vivienda aún es la evolución de los precios, una batalla que se aleja mucho más allá de los simples movimientos del indicador hipotecario.
