Construmat, el salón del sector de la construcción de Fira de Barcelona, vuelve este mes de mayo en Barcelona, con el objetivo de recuperar posiciones en la liga ferial internacional de aquí a 2026, ante la cada vez más abundante oferta de encuentros empresariales que giran en torno a los retos que el sector tiene por delante, como la digitalización, industrialización, sostenibilidad, falta de mano de obra y nuevas legislaciones que modifican los negocios. "La edición de este año pone los cimientos del Construmat del futuro y su compromiso con todo el sector", ha manifestado Roger Bou, director del acontecimiento durante la presentación del contenido de la feria, que tendrá lugar del 23 al 25 de mayo, a Fira de Barcelona. En el 2026, el salón aspira a reunir 340 empresas y 680 marcas, en un recinto expositor de 12.800 metros cuadrados; una dimensión que le permitiría plantar cada en las ferias sectoriales europeas.

Para conseguirlo, en lugar de ser bienal como hasta ahora, el salón tendrá lugar todos los años para plantar cara a la competencia "que ha surgido a España mismo" y para ir reanudando posiciones como "punto de encuentro de referencia entre empresas, profesionales y expertos" que buscan soluciones para afrontar la transición del sector hacia la sostenibilidad, la digitalización y la industrialización, ha destacado Xavier Vilajoana, presidente del salón y de la patronal APCE. Construmat ha vuelto después del parón en los años de la pandemia -la última edición tuvo lugar en el 2019- "con un éxito asegurado", porque ya hace tres meses que ha puesto el letrero de cumplido con más de 204 empresas participantes y más de 366 marcas representadas, en 10.000 metros cuadrados expositivos. El siguiente reto es llegar a los 15.000 visitantes. Estas cifras "van por el buen camino de la aceleración del certamen", porque superan las previsiones que los organizadores se habían propuesto para 2023 e, incluso, 2024. "Queríamos crecer paulatinamente y crecemos exponencialmente", ha significado Vilajoana. En la edición de este año, un 24% de los expositores son empresas internacionales, básicamente de Portugal, Francia y el Norte de África, pero para las próximas ediciones quieren que el espectro internacional se amplíe porque la construcción es cada vez más un sector globalizado, muy concretamente con respecto a sus profesionales -arquitectos, dissenyadors...-", ha manifestado Bou.

Para potenciar esta recuperación, Construmat reunirá una amplía oferta de materiales, herramientas, técnicas y servicios que promueven una construcción más sostenible y eficiente. Además, pondrá énfasis en puntos centrales del sector como el acceso a los fondos Next Generation, la disponibilidad de talento, la necesidad de nuevas disciplinas laborales y la internacionalización. En este sentido, el salón dispondrá por primera vez de un aula de formación, con talleres y demostraciones para conocer las últimas novedades y servicios dentro de las tendencias del sector; también se ha decidido que la última jornada del salón, el 25 de mayo, esté el día de apertura del certamen para los jóvenes estudiantes de disciplinas vinculadas en el sector, ante la falta de mano de obra y vocaciones que hay y que limitan el crecimiento de las empresas. También se ha organizado un congresso con más de 40 sesiones y 50 potentes para visibilizar iniciativas transformadoras y, especialmente, el acceso a los fondos europeos Next Generation, como una oportunidad que "España se está dejando escapar". Este es el balance, en palabras de Xavier Vilajoana, de una estructura para acceder a los fondos "que no se ha sabido vehicular" y que ha provocado que haya poco interés por parte de empresas y particulares por acceder. Todavía faltan para activar una gran parte de los 6.800 millones de euros europeos destinados a la construcción en España.

Otra novedad destacada del salón será el espacio destinado a la madera como material sostenible para la construcción. "Se ha demostrado que construir con madera mejora la calidad de vida de los residentes", ha insistido Roger Bou, pero ha alertado que eso no quiere decir que se tenga que descartar el hormigón: "Madera sí, pero el hormigón, también", ha destacado. Por eso, durante los tres días de duración del salón se llevarán a cabo varias demostraciones para la construcción de una casa en madera o para la edificación de partes de edificios con nuevos materiales.