Catalunya dedicó 3.445 euros por habitante a costear el servicio público fundamental (sanidad, educación y servicios sociales) en 2021, muy por encima de la media nacional que se situó en 3.109 euros. La Comunidad de Madrid destinó ese mismo año 2.920 euros por cada habitante, 525 menos que Catalunya. De hecho, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso fue el que menos dinero gastó en servicios sociales per cápita de todos los autonómicos, según el Observatorio de la Información Económica-Financiera de las comunidades autónomas de la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal).

Sin embargo, la Comunidad de Madrid, a pesar de tener un gasto social inferior a la media, es de las que más recursos obtiene del Estado por habitante, solo superado por Cantabria y La Rioja. En concreto, en euros per cápita, el pasado año recibió 3.216 euros, por encima de la media de 3.032 euros y muy por encima de los 2.940 euros de Catalunya, según Airef. La abultada diferencia se explica, en parte, en los recursos del sistema de financiación autonómica de los territorios de régimen común (SFA) —excluyendo a Navarra y País Vasco con régimen foral— que incluyen los ingresos procedentes del 50% del Impuesto de la Renta o del IVA entre otros grandes impuestos estatales. Y la Comunidad de Madrid es donde más impuestos estatales se ingresan a lo que hay que sumar otras partidas impositivas.

No obstante, la Airef advierte de que desde el punto de vista de los gastos, no todas las comunidades ejercen las mismas competencias y, por ello, no son comparables. Esto también incide en los ingresos que reciben puesto que, en el caso de los territorios de régimen común, a las que el Estado les ha transferido mayores competencias perciben mayores ingresos del SFA para financiarlas.

Crecimiento del gasto 

Volviendo a los gastos sociales, por encima de Catalunya se colocaron Cantabria que según los datos de la Airef dedicó a los servicios públicos fundamentales 3.476 euros por habitante y las comunidades forales de Navarra, 3.963 euros, y el País Vasco, 3.741 euros. Pero dado que el esfuerzo financiero en Catalunya ha sido mayor, se ha acortado la brecha con estas tres comunidades. Así, en comparación con 2020, el gasto en sanidad, educación y servicios sociales ha aumentado en Catalunya un 8,7% (la media nacional fue del 6,3%), mientras que en Cantabria creció un 4,9%; en Navarra el 4,5% y un 5,6% en el País Vasco. Solo Canarias, con un aumento del 9,6%, se coloca por encima de Catalunya.

Del lado de los ingresos, sin embargo, la Comunidad de Madrid es la que ha registrado un mayor aumento de la aportación Estatal, el 2% respecto a 2020, cuando la media estatal apenas sube un 0,5%. Catalunya recibió un 0,6% más per cápita, por encima de la media aunque a distancia del incremento de otros territorios como Baleares y Canarias, además de Madrid.

Tributos cedidos

Otro dato a tener en cuenta es el uso que hace cada gobierno autonómico de su capacidad tributaria que, como explica la Airef, “determina el peso sobre el PIB territorial que han tenido las competencias ejercidas al alza por cada comunidad tanto en tributos cedidos como propios”. Algo que se complementa con los beneficios fiscales que han concedido a sus contribuyentes, también medido sobre el PIB territorial. Tanto uno como otro son ingresos que una Hacienda autonómica ha dejado de recaudar, bien porque no agota toda su posibilidad normativa, bien porque ofrece muchas desgravaciones o bonificaciones a sus residentes.

Esta partida cierra un círculo en cada comunidad. Así, si nos fijamos en la de Madrid, la más evidente, es uno de los territorios que más dinero recibe del Estado (y donde más creció en 2021); el que menos gastó en los servicios esenciales de sus ciudadanos, y el que menos recauda por su capacidad tributaria. El Observatorio de Airef determina que la recaudación media de los territorios por sus tributos se coloca en el 0,56% del PIB, con Baleares en cabeza, que ingresa el 1,14% del PIB territorial, seguido de Extremadura, el 1,13%, Catalunya 0,9% y la Comunidad Valenciana, el 0,7% de su PIB territorial. Pues la Comunidad de Madrid tan solo recauda el 0,06% de su PIB lejos del 0,29% de Canarias que es la siguiente.

Si nos fijamos en los beneficios fiscales que cada territorio concede a sus residentes, la Comunidad de Madrid dejó de ingresar en 2021 el 2% de su PIB (1.000 millones de euros solo por la bonificación del 100% del impuesto de patrimonio) muy por encima del 0,62% de la media nacional. Catalunya se colocó con un 0,67% ligeramente por encima de la media y las menores desgravaciones y bonificaciones se dan en Baleares, el 0,12% del PIB.

Diferencias abismales

Santiago Lago, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo resalta a ON ECONOMIA que los resultados publicados por el Observatorio de Airef “confirman y cuantifican intuiciones y mensajes que se han manejado en los últimos tiempos y que son muy útiles para objetivar debates”. El profesor destaca el caso de Madrid que tiene un buen trato relativo por el sistema de financiación autonómica (SFA), pero prefiere bajar impuestos (la que más) o no subirlos (la que más) en vez de gastar en educación, sanidad y servicios sociales (es la que menos gasta al ponderar por habitantes ajustados en 2021), destaca.

Igualmente apunta a la Comunidad valenciana y la Región de Murcia como las peor tratadas por el sistema de financiación autonómica que están gastando con cargo a deuda (y Murcia priorizando servicios fundamentales respecto a otros servicios). Por su parte, Lago apunta que La Rioja, Extremadura y Cantabria (y mucho más Navarra y País Vasco por la aplicación del sistema de concierto) están bien financiadas por el sistema y esto les permite gastar más. El catedrático de la Universidad de Vigo concluye que los datos demuestran “diversidad creciente en las decisiones sobre gastos e impuestos públicos en las diferentes comunidades autónomas”.