El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este jueves, en línea con lo previsto, que mantendrá sin cambios sus tipos de interés. De este modo, la tasa de depósito se conserva en el 2%, la tasa principal de refinanciación en el 2,15% y la facilidad de préstamo marginal en el 2,40%.

Esta pausa, ampliamente anticipada por los analistas, llega después de que el organismo interrumpiera en julio una etapa de recortes que redujo el coste del dinero en 200 puntos básicos a lo largo de ocho disminuciones, las siete últimas de manera consecutiva. En un comunicado, el BCE ha justificado su decisión al señalar que "la inflación se sitúa actualmente en torno al objetivo del 2% a medio plazo", manteniendo así una perspectiva estable sobre su evolución futura.

La decisión del Consejo de Gobierno sitúa al organismo en una posición positiva. Ahora puede reaccionar con rapidez y comodidad, favorecida por unos tipos de interés que, si bien son los más bajos desde finales de 2022, no alcanzan las cifras mínimas históricas del período posterior a la crisis financiera.

Christine Lagarde y su equipo se niegan a comprometerse de antemano con una trayectoria específica para los tipos de interés. Respecto a sus programas de compra de bonos (el APP regular y el PEPP de pandemia), la institución ha señalado que sigue reduciendo su volumen de activos. Esta reducción se produce a un ritmo "controlado y predecible", ya que ya no reinvierte el dinero que recibe cuando los bonos que tiene en su cartera llegan a su fecha de vencimiento.

En la rueda de prensa posterior al anuncio de los tipos de interés, Lagarde también ha tenido tiempo para manifestar que el reciente acuerdo arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos "equilibra" los riesgos vinculados al control de la inflación. Ahora bien, en este sentido, la dirigente francesa también ha querido matizar que el impacto de los pactos comerciales "se verá de forma clara con el paso del tiempo".

La exministra francesa no ha desaprovechado el altavoz ante los medios de comunicación para realizar un nuevo llamamiento a los países de la zona euro para que sus economías sean "más productivas, competitivas y resilientes". Lagarde ve "crucial reforzar, de forma urgente, en el actual contexto geopolítico".

Los datos de inflación de julio reflejaron una estabilización de los precios, con una tasa interanual del 2% en la eurozona, igual que el mes anterior. En toda la Unión Europea, el incremento interanual fue del 2,4%. Esta evolución se explica en parte por la continua caída del precio de la energía, que bajó un 2,4% interanual, aunque menos que en junio. Por el contrario, los alimentos frescos registraron un aumento del 5,4%. Al excluir la energía, la inflación se mantuvo en el 2,5%.

El indicador subyacente (que también descuenta alimentos frescos, alcohol y tabaco) se situó en el 2,3%. Entre los países miembros, Rumanía (6,6%), Estonia (5,6%) y Eslovaquia (4,6%) presentaron las inflaciones más altas. Los menores aumentos se dieron en Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Irlanda (1,6%). España registró una tasa armonizada del 2,7%, superior al promedio de la zona euro.

El 6 de junio de 2024, el organismo dirigido por Christine Lagarde ya realizó el primer recorte de tipos de interés en casi cinco años, marcando un hito crucial en la política monetaria global. El BCE justificó entonces el movimiento basándose en su evaluación actual de la perspectiva de inflación, la atenuación de las presiones subyacentes y la fortaleza de la transmisión de su política monetaria. 

En conclusión, el BCE ha pasado de una fase de lucha agresiva contra la inflación a una fase de gestión cautelosa del desinflado, intentando equilibrar el objetivo de devolver la inflación al 2% sin dañar excesivamente una economía ya frágil.