El Banco de España se ha sumado este martes al optimismo generalizado de los principales analistas de coyuntura españoles y ha mejorado todas las previsiones para este año. Así, prevé que el PIB en 2024 crezca el 1,9%, cuando tres meses atrás apostaba por un 1,6%; sobre la inflación, ha reducido medio punto su previsión de diciembre y cree que, de media, los precios subirán un 2,7%, cuando en diciembre hablaba del 3,3% (medio punto más). Y sobre el paro, también da buenas noticias, pues considera que la tasa de desempleo bajará del 12,1% del pasado año al 11,6%, una décima menos que su pronóstico de diciembre.

Pero quizá el dato más relevante es que después de dos años, la inflación subyacente (descontando los alimentos frescos y los precios de la energía) vuelca a colocarse por debajo del índice general (IPC). De cumplirse los cálculos del Banco de España, la inflación media este año será del 2,7% y, sin embargo, la subyacente se situará en el 2,2%. Las buenas perspectivas de la contención en la subida de los precios en este año cobran mayor importancia al venir del regulador financiero español, perteneciente al Banco Central Europeo, responsable de marcar los tipos de interés y refuerza la hipótesis de que a se producirá la primera bajada de tipos en verano e, incluso, podría ser mayor de lo esperado.

No obstante, a pesar de la reducción de los tipos oficiales del BCE, el Banco de España apuesta porque la media del euribor (índice de referencia para los tipos de interés de los créditos) repetirá el 3,4% del pasado 2023, y no tendrá un descenso en la media anual hasta 2025, donde se situaría en el 2,5%, para descender al 2,3% al siguiente. BBVA Research, el departamento de análisis de Economía, prevé que el euribor se coloque en el 3,3%.

El gabinete de estudios del BBVA y el de Caixabank Research han rehecho sus previsiones del trimestre pasado, elevando en ambos casos el crecimiento del PIB en medio punto, aunque con resultados diferentes. El primero ha subido del 1,5% al 2,1% y el segundo, del 1,4% al 1,9%, la misma que el Banco de España. En ambos casos muy cercanos al 2% que ha previsto el Gobierno, aunque el cuadro macro solo se mueve dos veces al año: en abril, con la remisión del plan a Bruselas y en los presupuestos generales del Estado.

2025 y 2026

El Banco de España estima que en 2023 el PIB creció el 2,5%, se ralentizará en 2024 hasta el 1,9%, cifra en torno a la cual se mantendrá en 2025, antes de desacelerarse de nuevo en 2026 hasta el 1,7%. Por su parte, la tasa de paro, que en 2023 se situó en el 12,1%, mantendrá una leve senda descendente en los próximos años, si bien aún permanecerá ligeramente por encima del 11% en 2026. Por lo que respecta a los precios, la inflación general disminuirá a lo largo del horizonte de proyección, pasando de una tasa promedio del 3,4% en 2023 al 2,7%, el 1,9% y el 1,7% en 2024, 2025 y 2026, respectivamente. También la inflación subyacente se desacelerará gradualmente durante el próximo trienio, desde una tasa promedio del 4,1% en 2023 hasta el 2,2% en 2024, el 1,9% en 2025 y el 1,8% en 2026.

Los economistas del Banco de España argumentan sus nuevas proyecciones por un conjunto de supuestos técnicos acerca de la evolución futura de determinadas variables macrofinancieras y fiscales, fundamentales para determinar el dinamismo de la actividad y el comportamiento de la inflación futura. Además, ha influido sobre manera la revisión de la evolución del PIB en trimestres precedentes, implica realizada por el INE con respecto a las anteriores previsiones, un punto de partida diferente sobre el que proyectar las sendas futuras de la actividad y los precios. Los nuevos datos de Contabilidad Nacional han condicionado las subidas de las previsiones de crecimiento del PIB de los últimos días.

Ralentización en el primer trimestre

No obstante, a pesar del comportamiento de la economía en el último trimestre del año, que cogió por sorpresa a muchos analistas, el Informe Trimestral de proyecciones económicas del Banco de España, dado a conocer este martes, señala qué la información coyuntural más reciente sugiere que el dinamismo de la actividad económica española se habría ralentizado ligeramente en el primer trimestre de este año. En el arranque de 2024, el consumo privado mantendría un ritmo de crecimiento similar al del cuarto trimestre del año pasado, mientras que la inversión empresarial seguiría mostrando una cierta debilidad, un hecho que preocupa especialmente a los analistas de coyuntura de BBVA y Caixabank.

Además, tras el fuerte crecimiento que registraron en el último trimestre de 2023, tanto el consumo público como los inventarios perderían vigor. En concreto, en el caso de los inventarios, la evidencia más reciente sugiere que, un trimestre después de que estos muestren una elevada contribución positiva al crecimiento, es frecuente que la aportación de la variación de existencias al avance del producto sea negativa. Con todo, el análisis conjunto de los distintos indicadores disponibles para el primer trimestre de este año —entre otros, la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), los datos de afiliación a la Seguridad Social y los índices de gestores de compras— resulta compatible con una desaceleración del ritmo de avance del PIB durante este primer trimestre del año hasta el 0,4% intertrimestral. No obstante, en BBVA Research apuestan por un incremento del 0,6% trimestral.