Los ahorradores españoles siguen sin mover ficha pese a que la inflación se come el poder adquisitivo del ahorro y también ante la subida de los tipos de interés, que en poco más de un año ha situado el precio del dinero en el 4,5% desde el cero por ciento de julio de 2022. El último dato de IPC correspondiente al mes de septiembre es del 3,5%, pero el grueso del ahorro de los españoles sigue en cuentas corrientes retribuidas de media al 0,12%. Se trata de nada menos que 902.459 millones de euros, de un total de 2,8 billones de euros que los españoles poseen en activos financieros (fondos, deuda, seguros, acciones, pensiones). El dinero no se mueve pese a que no hacerlo supone depreciarse, favoreciendo la estrategia de los bancos de no retribuir el pasivo.

Con datos del Banco de España correspondientes al primer semestre del año, de las cuentas corrientes tan solo han salido 35.000 millones de euros. Por tanto, menos del 4% del total de dinero en cuenta, por lo que el 96% restante se mantiene inmóvil. De este volumen, 20.000 millones se han ido a depósitos bancarios y otros 16.000 millones a letras del Tesoro. A cierre del pasado año, los españoles tenían en letras del Tesoro solo 2.183 millones de euros, mientras que a finales de junio de este año el importe se elevaba hasta los 18.160 millones. También los fondos de inversión han captado algo del dinero nuevo que se ha ido generando con el ahorro de este semestre. Los depósitos bancarios han subido su rentabilidad que, de media, se sitúa en el 2,33% para las últimas ofertas, mientras que las letras del Tesoro ofrecen una ganancia anual media del 3,6%, en sus distintos plazos, que van de los tres meses al año.

Las ofertas más atractivas en el depósito provienen de bancos extranjeros y de bancos online de pequeño tamaño. Únicamente, Caixabank ha sacado al mercado un depósito con una rentabilidad anual del 1% que llega hasta el 2% si se cumplen unas condiciones de vinculación con la entidad financiera. Destaca, por ejemplo, el depósito a un año de Banca Sistema con una TAE (Tasa Anual Equivalente) del 4,40% para importes que no superen los 100.000 euros, o de la también italiana Banca Progetto al 4,30%. Estas entidades están cubiertas por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de Italia.

Entre las ofertas de la banca que opera en España destaca la de Mediolanum, con un depósito a seis meses al 5% TAE que exige de vinculación con otros productos. Renault Bank paga el 3,85% en un depósito a 24 meses con cobro trimestral de intereses, mientras EBN banco da el 3,5% para un periodo de 18 meses, bajando al 3,20% en el plazo de un año. Banca March también ha entrado en la pelea de los depósitos con una rentabilidad del 3,30% a plazo de un año, mientras que MyInvestor abona este plazo y los seis meses con un 3% TAE. Openbank, Selfbank dan el 3,07% y el 3,05%, respectivamente para plazos de seis y tres meses. Las ofertas se suceden todas las semanas, por lo que el ahorrador que esté dispuesto a dar el salto a otras entidades tendrá aún nuevas oportunidades. Todos estos depósitos están cubiertos por el FGD español, que cubre 100.000 euros por cada titular en caso de quiebra de la entidad financiera.

"El ahorrador es muy conservador"

Pero, ¿por qué no se produce un salto del dinero de las cuentas corrientes hacia los depósitos de la banca online y extranjera? Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) apunta a que la banca es conocedora del perfil de su ahorrador y, por tanto, no tiene ninguna presión en mejorar las ofertas.  “El ahorrador es muy conservador, tiene una elevada edad y no se fía de los bancos pequeños que, normalmente, operan solo por Internet. Con la abundante liquidez que le proporciona este cliente y la buena salud de las entidades españolas, no necesitan ofrecer tipos más altos”, explica. Un mensaje de no mover ficha que las propias entidades han ido trasladando en sus presentaciones de cuentas a analistas e inversores: no lo necesitan.

Pero es el propio perfil conservador de los clientes españoles lo que lleva a que los bancos se sientan cómodos y no precisan retribuir más su pasivo. Además de sus cuentas de liquidez con el BCE, disponen de 900.000 millones de euros en cuentas a la vista de las familias, que apenas retribuyen para atender la necesidad de crédito que se les presente. En un contexto de desaceleración económica y, por tanto, de menor demanda de préstamos, la banca se siente cómoda en esta situación y no precisa de ofrecer tipos cercanos al mercado para atraer un dinero que ya tiene cautivo al 0 %.