En el mundo de la robótica, la inspiración puede llegar de los lugares más inesperados. En este caso, han sido científicos de la Universidad de Bristol los que han mirado a las profundidades marinas y los que se han topado con un modelo inesperado: pulpos que servirán para desarrollar una nueva generación de robots suaves y adaptativos.
La revolución en el campo de la robótica blanda
Recientemente, según el artículo publicado en la revista científica Science Robotics, un equipo de investigadores de la Universidad de Bristol ha diseñado un robot que utiliza flujos de aire o agua para coordinar la succión y el movimiento, imitando la manera en que los pulpos manejan sus ventosas y tentáculos.
De esta manera, el robot puede adherirse a distintas superficies, percibir el entorno y controlar sus acciones, sin necesidad de una computadora central. Este sistema ha sido apodado como inteligencia de succión incorporada y funciona a dos niveles. Por un lado, al acoplar el flujo de succión con circuitos fluidos locales, los robots pueden lograr una inteligencia corporal similar a la del pulpo, pudiendo agarrar objetos delicados y adaptándose a formas geométricas desconocidas Por otro lado, se decodifica la respuesta de presión de una ventosa, con lo que los robots pueden alcanzar una percepción de alto nivel, como la detección al contacto, la clasificación del entorno o la predicción de la fuerza de tracción interactiva. Este avance, descrito en el comunicado publicado en la página web de la Universidad de Bristol, tiene el potencial de revolucionar diversas industrias.

En la agricultura, podría permitir la recolección cuidadosa de fruta. En medicina, facilitaría la creación de herramientas que interactúen en el interior del cuerpo humano. En la industria, se podrían manipular objetos frágiles sin dañarlos. En la actualidad, los investigadores están trabajando en hacer que el sistema sea más pequeño y robusto, para su uso en el mundo real. También se plantea la posibilidad de combinarlo con materiales inteligentes y con inteligencia artificial, para mejorar su adaptabilidad y toma de decisiones en entornos complejos. Estamos en el camino de la creación de robots que no solo imitan la forma de organismos vivos, sino también sus funcionalidades. Al observar y aprender de la naturaleza, los científicos están allanando el camino a tecnologías mucho más avanzadas y eficientes, que podrían transformar la manera en que interactuamos con el mundo que nos rodea.
Más allá de la inspiración marina, este avance sugiere una evolución en la robótica hacia sistemas más autónomos y sensibles. La posibilidad de que robots blandos puedan interactuar de manera segura y eficiente con su entorno, abre puertas a aplicaciones en diversos sectores. La combinación de materiales inteligentes y circuitos fluidos podría dar lugar a dispositivos que no solo imiten a la naturaleza, sino que también se integren de forma armónica en nuestras vidas cotidianas.