El fenómeno del "postureo", ese afán de mostrar a los demás lo felices que somos y "lo guay que lo estamos pasando", también necesita vacaciones, porque, según advierten a Efe psicólogos y expertos en la materia, puede llegar a ser adictivo y provocar un estrés continuo de necesidad de aprobación de los demás.

El doctor en Psicología y profesor en la Universidad Complutense de Madrid Guillermo Fouce, la psicóloga Yolanda Pérez, especializada en habilidades de comunicación, y el investigador del Centro de Estudios de Internet y Vida Digital de la Universidad de Navarra Javier Serrano-Puche hablan sobre este fenómeno que se ha disparado en las redes sociales, especialmente entre las nuevas generaciones.

En verano, aún más

Los más jóvenes han visto casi nacer y crecer Internet en sus vidas, y muchos de ellos, máxime en el periodo estival, no paran de colgar sus fotos con "lo mejor del día", sin ser conscientes en términos generales, según Fouce, de que "se están sobreimplicando".

"En realidad, ni percibimos la sobreexposición a las redes sociales. Son una extensión de nosotros mismos, parte de nuestras vidas. El móvil ya es como una parte de nuestra mano, y parece que lo que no está colgado en una red social no existe y no lo hemos hecho", advierte Fouce.

A su juicio, sería necesaria una mayor concienciación de "qué es lo que estamos haciendo y cómo nos estamos manejando" en este ambiente digital en el que, en muchos casos, no establecemos límites entre nuestra vida pública y la privada.

Una vida paralela

Pero, ¿todo lo que se "cuelga" es verdad?. La doctora en Psicología Yolanda Pérez contesta: "Hay de todo. Gente que muestra la verdad, otra un poco irreal, e incluso personas que enseñan la verdad a medias y éstos son los más frecuentes".

"Mostramos lo guapos que somos, lo simpáticos y sonrientes que salimos en un instante, pero esas fotos que son reales no muestran nuestra realidad, solo parte de ella, porque el día tiene 24 horas y es imposible estar sonriendo tanto", según Pérez.

Son muchos los motivos que pueden explicar por qué se practica con tanta frecuencia en las redes el "postureo", y el primero es que a todo el mundo le gusta que le digan qué guapo está y qué bien sale. En redes sociales, según la psicóloga, se encuentra muchas veces "esa pequeña dosis de autoestima que no se transmite en la calle".

Una adicción

El problema llega con el abuso a la conexión, cuando se produce una falta de control de impulsos, porque puede derivar en una adicción. Según Fouce, están incrementándose las adicciones ligadas a las nuevas tecnologías, a pesar de que despegarse de la vida real y construir una paralela alternativa puede generar problemas como transtornos de la personalidad. Pérez asemeja esta adicción, incluso, a la que se puede producir con el consumo de una sustancia.

Por eso, los expertos inciden en la importancia de educar a los jóvenes en habilidades sociales y resolución de problemas, porque este abuso puede llevar a una activación de una euforia anómala, a perder interés por otras actividades y poner en peligro las relaciones familiares, los estudios, los amigos e incluso la vida.