Si existe un calzado cómodo por excelencia, ese es la alpargata. Como tal, entendemos aquel calzado de algodón, piel, mimbre o lona con suela de esparto, yute o cáñamo que se asegura por ajuste o con cintas. Verlas en España es habitual desde el siglo XIV y, en la actualidad, se utilizan en la Península, el Sur de Francia y América. Allí, en América, nació en 2006 una marca singular, Paez, que ahora lanza nueva colección.

¿Las alpargatas son tecnología?

La tecnología no es más que una suma de técnicas, métodos, habilidades y procesos que se utilizan para producir bienes o servicios. Así lo definían los griegos y, por tanto, sí: las alpargatas con un producto tecnológico secular, justo igual que cualquier bien de consumo. Son, eso sí tecnología popular. Y así fue hasta que, allá por 2006, tres amigos argentinos pensaron que aquel humilde calzado podía ser mucho más. Llegaron a vender en 35 países y a contar con cinco tiendas en España, pero se acabaron replegando. Con todo, convirtieron la alpargata clásica –con algún retoque, claro- en algo más importante: un objeto de deseo. Llegaron, en su día a producir 112 millones de pares.

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De vuelta

Ahora, las Paez están de vuelta y llegan con un director ejecutivo portugués (de Portugal nunca de marcharon) que se llama Ricardo Ortigão y está al frente de la marca desde 2016. Sus volúmenes de producción no pasan de los 120.000 pares anuales, lo que las ha convertido en piezas más exclusivas, pero igual de cómodas que siempre. La nueva colección, que se llama Blossom, se presenta con una imagen de marca renovada y, además, está certificada por The Global Recycling Standard ya que todos los elementos textiles que se emplean para fabricarlas son reciclados. Por supuesto (estamos ante unas alpargatas) todos los materiales son respetuosos con los animales también. Las Paez, por tanto, vuelven para, explica Ortigão, ser un “reflejo del estado de ánimo” y completar looks, desenfadados, tranquilos o atrevidos pero, “siempre en tendencia”. Con el calzado a precios disparados, alternativas como las Paez son una garantía.