De acuerdo: llueve poco, pero no hay que olvidar que, al menos en España, la eficiencia de los sistemas de riego no es la mejor. Se estima, de hecho, que el estado de las infraestructuras hace que desperdiciemos en torno a un tercio del agua destinada a regar; así que hay mucho margen de mejora antes de hacer caso a los oportunistas alemanes de Campact que tan vigorosamente han sido abrazados por algunos de nuestros responsables políticos. El regadío es fuente de riqueza indiscutible por mucho que Greenpeace opine que hay que reducir la superficie dedicada al mismo y, para hacer frente a la escasez de agua, nada mejor que poner a trabajar de verdad a las herramientas de IA.

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Desde Córdoba

Así, y mientras el común de los mortales se entretenía tratando de engañar a ChatGPT y alimentando la gigantesca campaña de promoción actiavada por OpenAI, un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un modelo que usa la IA para algo mucho más provechoso: predecir el agua que gastará una comunidad de regantes a una semana vista. El equipo está formado por los investigadores Emilio Camacho, Rafael González y Juan Antonio Rodríguez de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) junto a la investigadora Irene Fernández del Departamento de Ingeniería Eléctrica.

Redes Neuronales

La predicción se hace a partir del análisis de millón y medio de parámetros y cuatro variables: temperatura media, evapotranspiración de referencia, humedad y registros anteriores de riego. El gestor de cada comunidad que implante el sistema deberá introducir estos datos y el sistema de IA le devolverá, al combinarlos con los parámetros de que dispone, la previsión de agua que se empleará durante los siete días siguientes con una margen de error inferior al 20%. De momento, lo han testado en la Comunidad de Regantes del Zújar y el porcentaje de acuerdo ronda el 94%. Al conocer la demanda de agua con días de antelación, todo será más fácil. Al final, la IA va a servir para mucho más que para lo que la usamos y, en lugar de para quitarle el trabajo a nadie, va a garantizar que la gente que se dedica a producir alimentos para todos pueda seguir haciéndolo durante muchos años.