Los grandes estudios; que hoy se llaman Disney, Warner, NBCUniversal, Sony Pictures y Paramount Global y no Columbia, 20th Century-Fox, Warner, Paramount, Universal, Metro Goldwyn Mayer, United Artists y RKO; se las prometían muy felices con la IA. Su plan, de hecho, era muy concreto: utilizarla como amenaza ante, primero, guionistas y, después, actores. Con los primeros, el desafío acabó en huelga y con los segundos, también. Y ahí siguen.

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Los guionistas

El peligro cierto que los sistemas de IA suponen para los guionistas creció de modo exponencial con la sentencia refrendada por la juez Beryl Howell según la que las obras generadas mediante IA no califican a la hora de generar derechos de autor. El problema era claro: ahora, con la IA de por medio, había que definir qué porcentaje de intervención humana es necesario para que se genere autoría. La solución, de momento, es precaria: serán los estudios de producción quienes lo decidan. Las desprotección, entonces, es evidente. Y de ahí la huelga.

Los actores

Las siguientes víctimas del desafío fueron los actores y no los protagonistas, sino los que encarnan en eslabón más débil de la industria, que no son otros que los secundarios y los extras. Ahora, con unas pocas tomas de un rostro y unas mínimas grabaciones de un individuo real moviéndose, se pueden generar personajes a los que el espectador no percibirá como creaciones y sí como personas reales. ¿Cuántas veces ha de cobrar el propietario del rostro o del cuerpo a partir de cuyas grabaciones se generan estos personajes? Según los estudios, una; y eso si finalmente el metraje se utiliza para algo. En caso contrario (y hay ya varios) no se cobra. ¿Cuál ha sido el resultado? Otra huelga, ésta convocada por el sindicato SAG-AFTRA. Desde los años sesenta, no se vivía un conflicto así en Hollywood, pero en Disney (la major más potente de todas hoy) tienen otras ideas con las que, de momento, ni guionistas ni actores transigen. ¿Estamos ante el principio de algo o haría falta un Kirk Douglas o un Dalton Trumbo para que, de verdad, la IA dejase de ser una amenaza con la que chantajear a unos y a otros y se convirtiera en una herramienta?