Empieza el frío y, si tu vivienda no está debidamente aislada, la diferencia de temperatura entre exteriores e interiores puede hacer que aparezcan antiestéticas y peligrosas manchas de humedad en las paredes. Antiestéticas porque afean los espacios donde aparecen y peligrosas porque pueden generar problemas respiratorios, sinusitis y hasta irritación en los ojos y dolor de garganta. ¿Hay alguna manera sencilla de solucionar el problema? Te lo explicamos.
Lo primero, identifica el origen
La presencia de humedad, además de por la sensación desagradable que sentirás al entrar en la habitación, se evidencia por vaho en los cristales (en los casos menos graves), manchas de agua en paredes y/o techos y, cuando estamos ya ante un problema muy serio, presencia de moho y desprendimientos de pintura. Las causas que pueden estar detrás de la humedad son tres: la condensación, las fugas o el drenaje inadecuado. Lo primero, por supuesto, es identificar de qué se trata.
¿Cómo actuar?
Si estamos ante un problema de condensación, deberás instalar deshumidificadores en la habitación afectada, ventilar de manera frecuente y, por supuesto, actuar sobre los destrozos que la humedad haya podido ocasionar eliminando el moho primero y repintando después con pintura antihumedad. Aplicar bicarbonato de sodio sobre las áreas afectadas, dejarlo actuar durante dos horas y retirarlo con un cepillo antes de pintar es también buena idea.
Si el origen es una fuga o un problema de drenaje impermeabilización. lo primero será solucionar el problema con la ayuda de un profesional y, después, reparar los daños
¿Y si decido pintar yo?
A fecha de hoy, se pueden encontrar en el mercado pinturas antihumedad asequibles y eficaces que puedes aplicar tú mismo. Si te decides a pintar, debes tener en cuenta que lo correcto es empezar por el techo y pintarlo moviendo el rodillo de izquierda a derecha. Las paredes vendrán después e intenta pintarlas de arriba abajo. Reserva una brocha de dimensiones reducidas para llegar a los espacios pequeños.