Hunosa, la que fuera en su día más importante empresa del sector carbonífero, es; con el Pozo Nicolasa de Mieres, el Lavadero del Batán y la Central Térmica de la Pereda como únicas instalaciones abiertas desde este 2018; algo muy diferente a aquella compañía que empleaba a principios de los 80 a más de 20.000 mineros, pero quiere seguir siendo motor económico en todo el norte de España pese a contar ya sólo con 1.100 trabajadores. Para mantener esa importancia, la cincuentenaria hullera mantiene la actividad extractiva en su pozo de la Cuenca del Caudal, trabaja para otras empresas del sector carbonífero en el lavadero del Batán y quiere convertir La Pereda en una central de biomasa. Además, impulsa diferentes proyectos de aprovechamiento goetérmico en Langreo, Mieres y otras localidades junto a otras iniciativas vinculadas a la llamada economía verde, y, también, juega a favor de la valorización del patrimonio industrial en desuso y su transformación en atractivo turístico. Este mes de octubre, durante la Feria del Turismo Minero, celebrada en el Pozo Sotón de San Martín del Rey Aurelio (Cuenca del Caudal) ha presentado un mapa de rutas mineras ilustrado por un grande: el historietista asturiano Alfonso Zapico, autor de esa monumental novela gráfica por entregas que es La Balada del Norte. En breve, el plano se complementará con una guía y una app.

Plano Hunosa
Plano Hunosa

Todos los pozos en un mismo mapa

Los más de dos siglos de actividad carbonífera han modelado el paisaje asturiano llenando las cuencas del Nalón y el Caudal, de castilletes, lavaderos, casas de máquinas y otras instalaciones que; aunque lleven, en su mayoría, lustros en desuso; siguen siendo emblemas para personas y territorios. Las antiguas instalaciones mineras son al tiempo recuerdo y patrimonio y quieren seguir siendo motor de desarrollo, ahora turístico, porque el turismo industrial es ya desde hace décadas tan o más importante que el que se vincula a iglesias, castillos y otros vestigios de épocas más lejanas y que, seguramente, condicionaron menos nuestra cotidianeidad que las instalaciones industriales que se conservan en Asturias y otros territorios que fueron cabezas tractoras de la economía hasta no hace tanto. En Catalunya, donde se han musealizado de manera excelente las minas de potasa de Cardona, las minas de plomo de Bellmunt del Priorat o las minas de carbón de Cercs, hace ya mucho que se entiende el valor de estas instalaciones y en Asturias, también, pero ahora tienen una nueva herramienta: una ilustración cartográfica que sitúa todos los pozos de Hunosa y propone itinerarios para descubrirlos y, al tiempo, descubrir las ciudades y pueblos mineros asturianos.

Pozo San Luis
Pozo San Luis
Alfonso Zapico
Alfonso Zapico

Alfonso Zapico

Los dibujos son obra de Alfonso Zapico, un joven historietista nacido en Blimea (Asturias) en 1981 que estudió ilustración y diseño en la Escuela de Arte de Oviedo, y que tiene en su haber esa monumental novela gráfica por entregas (lleva publicados tres tomos, falta el último) que se llama La Balada del Norte y en la que resume el convulso primer lustro de los años 30, en el que los mineros asturianos soñaron con otro mundo y otra manera de vivir de su trabajo y que desembocaron en la Revolución de 1934, que levantó en armas a Asturias y a otros territorios mineros, como la cuenca minera palentina, con capital en Barruelo de Santullán en aquellos años. Todo ello sucedía mientras en Catalunya, Companys proclamaba el Estado Catalán de la República Federal Española. Zapico es autor también de novelas gráficas como Café Budapest, en la que aborda el conflicto árabe-israelí, o de la biografía de James Joyce Dublinés. El cómic, con este plano que edita Hunosa, se revela como herramienta fundamental para reivindicar antiguas tecnologías que modelaron tierras y hombres cuyos restos se resisten a ser, como muchos creen que son, simples montones de chatarra mientras alguien se decide a intentar explotar de nuevo un recurso, el carbón nacional, que resulta rentable con los actuales precios del mercado y nos ayudaría a afrontar la actual crisis energética mundial sin arruinarnos como nos estamos arruinando ahora.