Lo indica un estudio elaborado por la consultora laboral Zippia: la automatización tiene potencial de eliminar hasta 73 millones de empleos de aquí a 2030. En el otro plazo de la balanza, y también según la misma consultora, se crearán hasta 58 millones. En todo caso, el balance es negativo 15 millones de empleos menos. En todo ese proceso, habrá un perfil clave: el del ingeniero de automatización.

¿Qué es?
Un ingeniero de automatización ofrece soluciones automatizadas para procesos concretos y, con ello, mejor la eficiencia y el rendimiento de los mismos. Entre sus funciones figura identificar oportunidades de automatización, diseñar y ejecutar pruebas de control de calidad, identificar errores y problemas, instalar aplicaciones relevantes para la automatización e, incluso, colaborar con las unidades comerciales para detectar cómo puede servir la automatización para gestionar mejor los flujos de trabajo. Hablamos, por supuesto, de procesos de automatización en el sector TIC y el sector servicios, en el que se engloban subámbitos como las finanzas o, incluso, la atención médica.
Chatbots
Una de las herramientas de automatización principales son los chatbots, que automatizan las primeras fases de la atención al cliente y resuelven problemas sencillos o dirigen a los usuarios a la persona adecuada en caso de no poder hacerlo. Los ingenieros de automatización son clave para articular estos procesos, que permiten, por ejemplo, entregar productos y software más rápidamente y con menos defectos. Al final, el objetivo de todo ingeniero de automatización siempre es el mismo: reducir la carga de trabajo que soportan los especialistas y optimizar los procesos manuales redundantes. ¿Qué hay que hacer para no ser uno de esos 15 millones de trabajadores que perderán su empleo a consecuencia de la automatización? Formarse. El ludismo nunca ha sido una buena idea.