"Es una realidad, una desgraciada realidad. Así define el sargento Pere Sánchez el hecho de que un 78% del caos de desaparición de ámbito criminal en Catalunya esté relacionado con situaciones previas de violencia de género. Sánchez es el jefe de la Unitat de Persones Desaparegudes de la División de Investigación Criminal de los Mossos, que ha detallado que en Catalunya cada año hay uno o dos casos de este tipo de desapariciones, en las que se intuye algún indicio de criminalidad, aunque da por hecho que hay una gran cifra de casos que no se han denunciado. Hoy, 9 de marzo, es el Día de las personas desaparecidas sin causa aparente, en recuerdo de Cristina Bergua, una adolescente de Cornellà que desapareció hoy hace 25 años. Sus padres la vieron por última vez saliendo de casa para cortar con su novio, que tenía 10 años más que ella. Por eso, la hipótesis de un crimen machista siempre ha sobrevolado el caso. 

Según ha puntualizado el sargento, aunque estas desapariciones no se resuelvan durante años, "la investigación no se cierra nunca" y se buscan nuevos indicios y se siguen verificando declaraciones para tratar de encontrar una respuesta al caso. Con todo hay que tener en cuenta que si la persona desaparecida es menor de 65 años, se declara muerta 10 años después de la desaparición. Si es mayor de 65, 5 años después.

La jefa de la Oficina de Atención a las Familias de Persones Desaparegudes, la cabo Laura Villanueva, ha apuntado en declaraciones en Europa Press que las desapariciones son "multicausales y muy complejas", y ha destacado que su entidad está en constante contacto con asociaciones de desaparecidos de todo el Estado así como con los Mossos o la Secretaría General del Estado, aparte de acompañar e informar a la familia de todos los avances de que se hacen durante el proceso de investigación.

La importancia de denunciar

Villanueva ha destacado la necesidad de acabar con el mito que se tiene que esperar 48 horas para denunciar una desaparición, ya que en el momento en que se nota algo extraño en la rutina diaria de la persona, ya se tiene que poner la denuncia: "Las primeras horas de una desaparición son cruciales", ha destacado la cabo. Villanueva también ha explicado que en caso de que una persona no quiera ser encontrada, tiene derecho a su intimidad y a desaparecer. Por eso, cuando se encuentra en este tipo de personas y no quieren que se avise a las familias se les intenta convencer de al menos informar de que están bien.

Esta oficina también orienta a las familias sobre la conveniencia, o no, de difundir una desaparición a través de los medios de comunicación. "Cuando se trata de un desaparecido con Alzheimer sí que interesa esta difusión, ya que es vital y ayuda a localizar a la persona más rápidamente. En otros casos tenemos que proteger tanto como podamos a las familias, porque puede llegar a perjudicar su estado de ánimo o las investigaciones", apunta. Muchas familias, afirma la experta, "intentan agarrarse a cualquier información que los acerque a sus familiares desaparecidos", y acaban contactando con videntes y detectives.

La tarea de los detectives

Sobre el papel de los detectives en este tipo de casos, la detective Alexandra Oliver ha explicado en Europa Press que su sector trabaja, fundamentalmente, con desapariciones voluntarias. En el resto, son las fuerzas de seguridad del Estado quien tienen las competencias exclusivas. En su empresa, detectives Oliver, pasan unas 60 desapariciones al año, de las cuales la mayoría se solucionan de forma óptima en menos de 60 días y se mantiene el contacto con las familias.