¿Has recibido un SMS sospechoso de tu banco? ¿O mensajes en el correo o en las redes que decían que habías ganado alguna cosa? Las estafas a través de Internet son cada vez más habituales y llegan por varios canales. Se trata del llamado phishing, mensajes individualizados bajo la apariencia de una empresa de renombre con el objetivo que las víctimas del fraude compartan información personal, como contraseñas y datos de tarjetas de crédito. También hay casos de vishing, estafas a través de llamadas de voz —las más peligrosas para las personas mayores— y de suplantaciones de identidad.

 

El teletrabajo y el aumento de la digitalización por la pandemia han hecho que el phishing atrape a más usuarios, porque funciona siguiendo los instintos básicos de las personas. Los mensajes que producen cada vez son más creíbles y eso, sumado que cada vez nos distraemos y confiamos más en las nuevas tecnologías, hace que se haya convertido en una amenaza enorme para los ciudadanos. ¿Cómo podemos evitar no caer?

Vigila con los enlaces

Estos mensajes siempre van acompañados de enlaces a través de los cuales te quieren usurpar los datos. Por lo tanto, hay que fijarse bien. En primer lugar, es recomendable investigar el destino final de cada enlace. Aunque pueda parecer el de una empresa fiable, no quiere decir que su destino final sea auténtico, ya que muchas veces la camuflan o acortan. Para saber si realmente un enlace es real, coloca el ratón sobre él y observa el destino del enlace en la esquina inferior izquierda de tu navegador. Este será el verdadero destino, independientemente de lo que diga el texto.

Otra manera de asegurarse de la seguridad del sitio web es analizando bien la URL. Algunas páginas empiezan con "http:" y otros con "https:." Esta "s" en este último caso significa seguro y muestra un pequeño icono de candado al lado. Estos sitios web son los más seguros para navegar.

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Cuestiona

Por otra parte, cuestiona el mensaje. Piensa que tu banco nunca te pedirá que le envíes tus claves o datos personales por correo. Nunca responde a este tipo de preguntas y si tienes una mínima duda, llama directamente a la compañía para aclararlo. Cuando se trata de tus datos, es mejor prevenir que lamentar.

En este sentido, también puedes comprobar la veracidad del mensaje comprobando la ortografía y diseño gráfico. Normalmente, están traducidos en traductor automático y, por lo tanto, suelen estar mal escritos. El mismo pasa con los diseños, que son imitaciones.

Las contraseñas y un extra de seguridad

Otro aspecto a tener en cuenta (aunque sea obvio) es la seguridad de las contraseñas. Estas pueden ser adivinadas fácilmente por los ciberdelincuentes si, por ejemplo, una red social sufre un escape de datos. Es por eso que, aunque dé pereza, hay que cambiarlas con frecuencia.

Además, hay que proteger los dispositivos con un buen antivirus que bloquee este tipo de ataques. También puedes configurar la autenticación en dos pasos. Muchos servicios de Internet ofrecen esta posibilidad como una capa adicional de seguridad. Aprovecha esta opción siempre que sea posible para que nadie más pueda iniciar ninguna sesión haciéndose pasar por ti.