Los nuevos convoyes de la línea de tren entre La Pobla de Segur y Lleida llevan dos conductores, uno de Ferrocarriles de Catalunya (FGC) y otro de Renfe, situación insólita que es debido a que la Generalitat no tiene la licencia necesaria para los 1,9 kilómetros de la red estatal por donde transita en esta línea de 89 km.

El propio consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, ha lamentado esta situación, que ha descrito de "incomprensible y sorprendente", ya que la atribuye a la "burocracia" del Gobierno central.

La cuestión es que Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) necesita de una licencia especial para que sus conductores operen en el tramo de interés general del Estado que gestiona el Ministerio de Fomento y por donde transitan -en 1,9 km- los nuevos convoyes de última tecnología que ha comprado en Suiza la Generalidad de Cataluña por valor de unos 9 millones de euros.

Esta última licencia para los nuevos convoyes, que depende de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria del Ministerio de Fomento, puerta atascada hace algunos meses, según la Generalitat, por lo que han tenido que pagar a Renfe para que los provea de conductores homologados para llevar a cabo los 1,9 kilómetros de la red estatal por donde pasa la línea Puebla-Lleida, momento en el que el conductor de FGC debe dejar el mando al conductor de Renfe.

Viaje inaugural

Todo a punto para el estreno comercial mañana lunes de los nuevos trenes que Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) ha comprado para la línea que une Lleida y La Pobla de Segur, dos meses más tarde del previsto inicialmente (el 30 de abril).

Esta mañana se ha hecho el viaje inaugural con varias autoridades encabezadas por el conseller de Territori, Josep Rull, que ha calificado el retraso de "absurdidad" y lo ha atribuido a una "expresión burocrática incomprensible" de la administración general del Estado. Con la puesta en marcha de los nuevos convoyes, se incrementarán las frecuencias recortadas en el 2012 y se acortarán los tiempos de trayecto.

Los dos trenes, que han costado 9 millones y medio euros, son de fabricación suiza y con esta excusa el Gobierno español los ha tenido que homologar para circular por los cerca de dos kilómetros de la red de interés general en la ciudad de Lleida.

El conseller Rull lo considera propio de "instituciones que buscan problemas allí donde no hay". El tren que ha hecho el viaje inaugural ha salido de Balaguer a las nueve y media y ha llegado a La Pobla a las 11 en medio de una gran expectación de los vecinos. Los alcaldes consideran esta fecha como un "día histórico" para el territorio y aseguran que el nuevo servicio mejorará la vida de la gente y también aportará prosperidad.

Dos meses tarde

El estreno se hace con casi dos meses de retraso respecto de la primera fecha anunciada, el 30 de abril, ya que entonces los convoyes no disponían todavía de la homologación estatal para circular por los 1,9 kilómetros de vías de Lleida que pertenecen a la red ferroviaria de interés general.

La autorización no llegó hasta este martes 19 de julio, después de múltiples llamamientos del territorio a no demorar más una inauguración muy esperada. Y es que con los nuevos trenes casi se triplica la oferta ferroviaria que había hasta ahora y el tiempo del trayecto entre Lleida y La Pobla se reduce en unos 15 minutos.

El nuevo servicio supone ampliar de 4 a 10 las frecuencias actuales en días laborables entre Lleida y Balaguer y pasar de 1 a 4 en las comunicaciones hasta La Pobla de Segur. Además, los horarios de llegada a Lleida facilitarán la conexión con los trenes regionales de Renfe y la línea del AVE. Los nuevos horarios y tarifas se pueden consultar a la página web http://lleidalapobla.fgc.cat/

Mañana lunes se estrenan para los viajeros las dos unidades que FGC encargó a la empresa suiza Stadler por 9,5 millones de euros. Se fabricaron expresamente adaptados a las características de esta línea: de ancho ibérico y de tracción diésel, ya que no está electrificada. El primer tren llegó a Lleida a mediados de enero -en un acto encabezado por el president Carles Puigdemont- y el segundo un mes después.

La línea de La Pobla se traspasó a la Generalitat en el 2005 pero hasta ahora los trenes que han circulado eran alquilados a Renfe. Los nuevos convoyes hacen aproximadamente 50 metros de largo y tienen capacidad para 201 pasajeros cada uno, la mitad (104) sentados. Están adaptados a personas con movilidad reducida y disponen de espacios para colocar coches de bebés, bicicletas y sillas de ruedas. Están climatizados y disponen de wifi y enchufes. Además, los motores diésel más eficientes permitirán reducir un 60% las emisiones contaminantes.