¿Cuál es la personalidad más común entre los asesinos? ¿Cómo se llega a concretar las psicopatologías que son propensas a cometer un crimen? ¿Existe diferencia entre hombres y mujeres? Aunque como toda ciencia estadística nunca se logrará alcanzar el 100% de certeza, el instrumento más idóneo y fiable hasta el momento es el conocido como Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI), popularmente test de Millon. En su nueva versión, la IV, incluye además las escalas de facetas de Grossman adaptadas por primera vez a la población española que permite precisar patrones clínicos y patologías graves de la personalidad. Ahora solo queda ver cómo funciona y porqué los baremos contemplan disparidades en ciertas ocasiones, como cuando son homicidas (o potencialmente) de sexos opuestos.

Puntos diferenciales entre hombres y mujeres criminales

En un marco común, cuando se realiza el MCMI-IV a los supuestos asesinos sin diferencias por sexo, tal y como explican la Dra. Vanessa Berlanga, estadística, analista y metodóloga profesora de la Universitat Abat Oliba CEU y la Universitat de Barcelona, y el Dr. Bernat Tiffon, psicólogo forense y profesor de psicología jurídica y forense de la UAO CEU y ESERP Digital Business & Law School, se les detectan tres patrones claros: dependientes, evitativos de responsabilidad y rasgos límite de personalidad. La muestra de trece casos probados y fallos de sentencias de los más mediáticos recogidos en Disección forense de la personalidad criminal se ha realizado con diez hombres y tres mujeres. En todos dan resultados similares, excepto en el sexo femenino cuando es aislado en solitario que sale un leve trastorno esquizoide.

"Cuando comparamos hombres y mujeres sí sale esquizoide", asevera la Dra. Berlanga. Esta indiferencia hacia los demás y de aislamiento social, no obstante, se comprende al observar que la condición femenina en este tipo de casos, sea por genética o biología, muestran más rasgos evitativos, por lo que eluden situaciones o interacciones sociales que impliquen un riesgo de rechazo, de humillación o de crítica. "Los hombres, por su condición biológica, tienen baja tolerancia a la frustración y se muestran más agresivos, para que sean agresivos tiene que haber frustración", remarca el Dr. Tiffon. Esto comporta que el ataque directo o con mayor agresividad es poco representativo en mujeres pero clave en hombres, en muchos de los casos analizados.

El test de Millon y los indicadores de validez

La prueba de evaluación de la personalidad fue desarrollada por el psicólogo estadounidense Theodore Millon en 1994. El cuestionario ha sufrido varias modificaciones y mejoras a lo largo de los años, aunque mantiene la esencia de evaluar la personalidad desde la normalidad para hallar cualquier trastorno en este campo y la psicopatología de los adultos. También contempla varios indicadores de validez, como la impresión positiva o negativa, así como la consistencia en las respuestas.

Las novedades que se han encontrado los Drs. Tiffon y Berlanga ante el MCMI-IV ha sido, a grandes rasgos, que la conducta de los examinados se describe ahora con tres niveles de funcionamiento de la personalidad: normal, anormal o clínico. Añade, además, el patrón "tempestuoso", personas que se caracterizan por ser muy alegres y animadas, con actitud apasionada y entusiasta pero que se aburren con demasiada facilidad, carecen de recursos y son poco disciplinados para realizar sus planes y llevar a cabo sus objetivos. Este espectro entusiasta-eufórico-tempestuoso permite analizar este patrón de tipo maníaco, que en casos extremos deriva en un pensamiento disperso, impredecible, impulsivo y con arrebatos de ira momentánea y ansiedad temerosa.