La abuela de la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, hizo el miércoles su rutina de casi cada día: ir a misa sobre las siete y media de la noche en el monasterio de Santa Maria de Ripoll con su silla de ruedas y acompañada de su cuidadora.

Rosalia Casas sufre un problema de caderas y utiliza la silla desde hace 7 años. Siempre la deja en el portalón del monasterio porque el espacio no está adaptado para personas con poca movilidad. Pero esta vez, al salir de misa, la silla no estaba.

Así lo publica el Diario de Girona, que explica que alguien le habría comentado que vio una pareja que se marchaba con una silla de ruedas. El rector se ofreció, entonces, a llevarla en coche en casa, pero la abuela de Pascal tiene otra silla que, aunque tiene menos prestaciones, le sirve para desplazarse.

Casas no tiene ninguna esperanza de recuperar su silla y ya tiene claro que tendrá que comprar una nueva.