La sequía ha hecho incrementar de manera importante el número de árboles muertos a los bosques gerundenses y, por lo tanto, se ha incrementado el riesgo en caso de incendio forestal. Los árboles muertos en los bosques gerundenses son un combustible peligroso en caso de incendio. Por eso, muchos propietarios forestales buscan la manera de limpiar su terreno y las empresas que se dedican a la producción de astilla son una salida. De hecho, la demanda para que limpien los bosques se han incrementado de manera importante a raíz de la sequía que afecta a las comarcas gerundenses. Ahora bien, hace falta que esta madera se recoja cuanto antes mejor a fin de que se pueda utilizar como biomasa para las calderas que funcionan con este producto.

La necesidad de retirar árboles muertos rápidamente

El gerente de la empresa Alameda Torrent, Francesc Alameda, explica que si se deja mucho tiempo estos árboles en el bosque y no se recogen, la madera entra en un proceso de descomposición y ya no se puede aprovechar. Con todo, Alameda explica que aunque esté muerta la planta, la madera tiene una calidad suficiente para que se valorice.

Esta empresa de Cassà de la Selva es un buen ejemplo de cómo ha afectado a la sequía en su producción. En este sentido, Alameda explica que han incrementado cerca de un 25% las demandas de los propietarios forestales a fin de que les limpien partes del bosque, donde tienen árboles muertos por la falta de agua. Una vez limpian la zona forestal afectada, la madera llega a la planta de Cassà con tractores. Allí, una trituradora lo desmenuza y en forma una pila. Después, esta astilla se clasifica en función de su tamaño y se destina a una función u otra.

Un 50% se exporta

Esta situación ha hecho que las empresas dedicadas a la producción de biomasa en la demarcación hayan visto multiplicada su producción, a raíz de la demanda de propietarios forestales para que se limpien el bosque. A modo de ejemplo, la empresa de servicios forestales de Cassà de la Selva (Gironès) Alameda Torrent ha visto crecer entre un 20 y un 25% el número de solicitudes de los propietarios para no tener estos árboles muertos, que "son un polvorín" en caso de incendio forestal. Con todo, la falta de calderas de biomasa hace que las empresas tengan que exportar buena parte de la biomasa que producen.

Una de las consecuencias de este incremento de la producción es también que se cubre de sobra la demanda que hay en las comarcas gerundenses y en Catalunya en general. De hecho, Alameda explica que actualmente se ven obligados a exportar la mitad de lo que producen. En este sentido, desde el sector apuestan por incrementar las calderas de biomasa con el fin de poder dar salida a este excedente.

Pide que se sigan promocionando las ayudas a la instalación de calderas

Por eso, Alameda pide que se sigan promocionando las ayudas a la instalación de calderas de biomasa, especialmente en el ámbito industrial. En este sentido, el ingeniero industrial e instalador de este tipo de calderas, Albert Prats, reconoce que ha incrementado el interés a raíz de las subvenciones que ofrece el Gobierno a través de los fondos europeos, pero también por el incremento desmesurado que han sufrido los combustibles fósiles. Tanto Prats como Alameda, dan por hecho que el consumo de biomasa como fuente de energía alternativa irá a más los próximos años y recuerdan que es también una forma "muy eficiente" de gestionar los bosques.