El primer ministro islandés Sigmundur Davíð Gunnlaugsson sería uno de los implicados en el escándalo de las empresas offshore destapado por la filtración de los papeles de Panamá. De hecho, durante una entrevista, el mandatario islandés fue preguntado por la cuestión y su reacción fue marcharse visiblemente nervioso.
Según los documentos, Gunnlaugsonn llegó tener hasta ocho millones de dólares en activos bancarios en una empresa relacionada con Mossack Fonseca, pero el año 2009 decidió desvincularse de la sociedad y la vendió a su mujer por el precio simbólico de un dólar. El mismo Gunnlaugsonn ganó las elecciones del 2013 con un discurso en el que defendía no pagar a los acreedores extranjeros los dipósitos perdidos por los bancos durante la crisis financiera.