La ONG Proyecto Hombre atendió a 1.771 personas por adicciones a lo largo de 2024 en Catalunya, lo que supone un aumento del 14% con respecto al año anterior. De los cuales, el principal motivo de demanda de ayuda fue la adicción en la cocaína, que supuso el 44,8% del total. En segundo lugar, el alcohol, que supuso el 40% de las atenciones de la ONG durante el año pasado. La organización avisa este miércoles en la presentación de su informe anual de que el consumo de estas dos sustancias se ha cronificado y asegura que hay tendido en la sociedad una falta de percepción de riesgo.

En el caso de la cocaína, el informe constata que hay un consumo muy generalizado, presente en todas las franjas de edad, estratos económicos, sexos y profesiones. Son mayoritariamente personas que empezaron con un consumo recreativo, pero que han desarrollado un patrón de consumo diario y en solitario. El informe constata que la cocaína es una sustancia relativamente asequible a muchos bolsillos y con un consumo que se encuentra en varios entornos sociales. También en los más marginales, rompiendo los estereotipos clásicos de una droga asociada a clases más acomodadas, según ha apuntado la directora del Área Terapéutica de Proyecto Hombre Catalunya, Cristina Vidal.

Con respecto al alcohol, se produce un consumo diario generalmente de bebidas de baja graduación, como la cerveza en el caso de los hombres y la cerveza y el vino en las mujeres. Son personas que suelen llegar con un recorrido de consumo más largo y, por lo tanto, tienen una edad más avanzada, más deterioro físico y mental, más consecuencias económicas y laborales o un mayor impacto en las relaciones familiares. Desde Proyecto Hombre han alertado que se trata de una sustancia legal y con un consumo ampliamente generalizado, por eso es más fácil desarrollar una adición. También se multiplica las situaciones de riesgo cuando se toma la decisión de dejar el consumo.

A mucha distancia de la cocaína y el alcohol, se sitúan el cannabis (4,7%), las adicciones de comportamiento (3,7%) y la heroína (2,9%). La directora de Proyecto Hombre Catalunya, Neus Canals, ha lamentado que aunque el alcohol y la cocaína tienen una incidencia notoriamente mayor y su consumo está más normalizado, la atención mediática y social se pone habitualmente en una medida mayor en sustancias de mucha menor incidencia en Catalunya, como el fentanilo, la cocaína rosa o 'tusi' o las golosinas de cannabis.

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Presentación del informe de Proyecto Hombre Catalunya / ACN

El 58% de los adictos lo son de más de una sustancia

El informe revela también que el 58,2% de las personas atendidas reconoce un consumo de dos o más sustancias al mismo tiempo. Esta cifra se toma antes de iniciar el tratamiento y, a medida que esta avanza, incrementa porque se detectan consumos problemáticos, sobre todo en el alcohol, que la persona no había identificado. Los casos de policonsumo más habituales son cocaína y alcohol; cocaína, alcohol y cannabis; alcohol y juego (en el caso de los hombres) y alcohol y psicofármacos (en el caso de las mujeres).

El 45,5% viven de ayudas

El perfil medio de las personas que piden ayuda a Proyecto Hombre es de un hombre (85%) con una media de edad de 43 años. La cifra muestra que son pocas las mujeres que piden ayuda. Según Vidal, es porque por su patrón de consumo, por ejemplo con el alcohol beben en casa, sufren "mayor invisibilidad y estigma social". El 45,5% de los usuarios tienen como principal fuente de ingresos la prestación de desempleo, pensiones u otras prestaciones sociales, mientras que el trabajo es la principal vía de subsistencia de un 35,7% de los casos.

El cannabis, principal adicción entre los jóvenes

En el marco del Proyecto Joven, que atiende adolescentes y jóvenes hasta los 23 años, el primer motivo de tratamiento es el cannabis, con un 39,1% de los casos. Después está el alcohol, con un 18,8%; las adicciones comportamentales (pantallas, videojuegos y apuestas en línea), con un 17,2%; y la cocaína, con un 17,2%. Con estas cifras, Proyecto Hombre constata una disminución del cannabis como sustancia principal durante los últimos años y, por el contrario, un ligero aumento de las otras sustancias y conductas, un efecto provocado principalmente por el aumento de edad de los atendidos. En líneas generales, el 82,8% de los usuarios de este proyecto son chicos y el 17,2% restante chicas. En un 38,3% de los casos hay una patología dual.

En la mayoría de estos casos, el consumo es parte de situaciones con múltiples problemas como el fracaso escolar, relaciones conflictivas con la familia, aislamiento social o bien conductas sexuales de riesgo, entre otros. La coordinadora de Programas de Prevención, Cristina Delgado, ha apuntado que al llegar con más edad, los jóvenes presentan realidades más complejas y ha lamentado, que, tanto por su parte como por la de sus familias, se "normalizan" ciertos consumos.

Después de la terapia, "otra persona"

Daniel Requejo Álvarez y Eva Boiso Ibáñez, atendidos a Proyecto Hombre, han aportado su testimonio. Requejo lleva 14 meses de tratamiento por adicción a la cocaína y el alcohol. Explica a la ACN que empezó a consumir cuándo tenía unos 24 años —ahora tiene 49—. Empezó en ambientes de ocio y pasó a necesitar cocaína cada vez más habitualmente, hasta que tomaba "cada día y todo lo que podía". Al final, pero "tocó fondo" cuando se quedó sin dinero, perdió la pareja y la relación con su familia estaba muy deteriorada. Casi 14 meses después de iniciar el tratamiento asegura que es "otra persona".

En el caso de Eva, llegó a Proyecto Hombre después de unos siete años de consumo "compulsivo" de alcohol, de haber dejado el trabajo "para poder consumir" y a raíz del ultimátum de sus hijos. En su caso, dice que se pensaba que lo tenía controlado y reconoce que admitir el problema fue un paso "muy difícil". Ella bebía alcohol cada día y lo hacía habitualmente en casa, y por eso ha hecho un llamamiento a las mujeres que se puedan encontrar en la misma situación a dar el paso y pedir ayuda.