El juzgado de lo penal número 16 de Barcelona ha condenado a un año y 6 meses de prisión por un delito de atentado a un joven que participaba en los cortes de la Meridiana y que fue detenido durante una dispersión policial de la vía el 19 de octubre del 2019, durante las mobilizaciones postsentencia. También lo condenan a una multa de 360 euros por un delito leve de lesiones. Además tiene que indemnizar al mosso con 1.350 euros porque el agente se hizo daño en un dedo.

La magistrada da credibilidad a la versión de dos agentes de los Mossos que declararon que la caída al suelo de uno de los policías se debió a un empujón del acusado. Según los hechos que relata la sentencia, los mossos llamaron la atención a un grupo que quería cortar la Meridiana y que se había saltado el cordón policial. El escrito concreta que uno de los policías sujetó a una de las personas para impedir que ocupara la vía y que en aquel momento el acusado, para intentar liberarla, dio un empujón al cabo de los Mossos d'Esquadra por la espalda, haciéndolo que este "se golpeara fuertemente en el cuarto dedo de la mano derecha" al caer.

"A consecuencia de estos hechos el agente resultó lesionado en el cuarto dedo de la mano derecha con limitación parcial de flexo-extensión con edema, lesiones que precisaron para su sanidad de una primera asistencia facultativa y tardaron en curar 10 días, todos ellos impeditivos para sus ocupaciones habituales, quedando como secuela una algia en el cuarto dedo de la mano derecha", detalla la sentencia.

 

 

Durante su relato en el juicio, el agente lesionado explicó que una vez en el suelo el acusado lo siguió "increpando" y que el golpe "fue directo y voluntario".

Los testigos contradicen la versión de la víctima y relatan que el mosso cayó a causa de la presión de la gente y durante el forcejeo.

El acusado relata que sólo cortaban la Meridiana cuando el semáforo se ponía en rojo. Y que en una de las ocasiones oyó unos gritos y vio un forcejeo y de golpe se encontró en el suelo él con uno de los mossos. Que no le golpeó de forma voluntaria y que no vio cómo quedó el agente porque lo detuvieron.

Pero la jueza no se lo cree y da por buena la versión de los agentes. La magistrada, además, hace constar a lo largo de la sentencia que el acusado sólo quiso responder a las preguntas de su abogado, un derecho que tiene el procesado. Y que como acusado no estaba obligado a decir la verdad, dando por hecho que mintió en el relato de los hechos del juicio.