James D. Watson, que fue uno de los codescubridores de la estructura del ADN, en uno de los momentos más importantes de la historia de la ciencia y del siglo XX, ha fallecido este jueves en un hospicio de la localidad de East Northport, en Long Island, en el estado de Nueva York, a los 97 años. Su muerte, en un hospicio, ha sido confirmada por su hijo Duncan, según ha informado el neoyorquino The New York Times, después de que el doctor fuera trasladado esta semana desde un hospital. Watson participó del descubrimiento de la estructura del ADN con solo 25 años, y consolidó su carrera con el Proyecto Genoma Humano, que en 2003 completó la secuencia del genoma humano.

Durante décadas, el dr. Watson trabajó en el Cold Spring Harbor Laboratory, donde tomó la directiva en 1968 hasta su retirada oficial en 1993, y que convirtió en uno de los centros del estudio de la microbiología más importantes del mundo. Su contribución a la ciencia, tras el estudio del descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN en 1958 y el premio Nobel en 1963, continúa con el desarrollo del Proyecto Genoma Humano desde 1988 hasta 1992, cuando lo abandona por desavenencias con el director del proyecto.

Comentarios incendiarios sobre la raza

Su carrera en el laboratorio terminó en el 2007, cuando la dirección decidió retirarle el lugar honorífico que mantenía tras realizar comentarios incendiarios en una entrevista en el Sunday Times londinense. En aquella decía que “todas nuestras políticas sociales se basan en que su inteligencia (la de los negros) es la misma que la nuestra (la de los blancos), mientras que todas las pruebas dicen que en realidad no es así... las personas que deben tratar con empleados negros consideran que esto no es cierto”. Comentario que reafirmó el año 2018 en una entrevista en la cadena pública estadounidense PBS y que, cuando se hizo pública, supuso que el laboratorio le revocara al Dr. Watson todos los honores que mantenía.

Enorme legado a la humanidad

Watson deja un enorme legado a la ciencia y la humanidad: su trabajo en el descubrimiento de la estructura del ADN, que dio a entender la herencia y la evolución a la humanidad, su trabajo pionero en el secuenciamiento del genoma humano, los investigadores a los que apoyó durante su dilatada carrera, así como sus libros y estudios. Pero su éxito también le enfrentó en muchos momentos con el resto de la comunidad científica, por quien dijo sentirse abandonado. Por estas razones, puso a la venta su medalla del premio Nobel en 2014, que un multimillonario ruso, Alisher Usmanov, compró por 4 millones de dólares, y acabó devolviéndosela.