Hace tiempo que la Prefectura de los Mossos d'Esquadra teorizaba sobre el modelo híbrido de orden público, donde se combina la presencia de agentes de las unidades de Seguridad Ciudadana con la fuerza de los equipos de orden público. La teoría, después de la detección de la caducidad del modelo actual, parecía buena, pero hacía falta que se pudiera aplicar, testar y ensayar en una situación real. Este miércoles, en la feria de entidades de la UAB, donde un grupo de personas rodearon la carpa de la entidad españolista S'ha Acabat, los Mossos vieron que era el día D para estrenar sobre el terreno el modelo y ponerlo en práctica.

Desde la Prefectura de la policía catalana se tiene claro que este, mejorado si hace falta, tiene que ser el modelo de orden público que tendrá que poner en práctica los Mossos d'Esquadra de ahora en adelante, siempre que las circunstancias de la protesta lo permitan y siempre, así se asegura desde la cúpula policial, poniendo la seguridad de los agentes que participan de estos dispositivos por delante.

Cecor para ensayar el nuevo modelo de orden público

Cuándo los Mossos d'Esquadra tuvieron conocimiento de la presencia de personas en la zona de la Universidad Autónoma con intención de protestar por la carpa de los estudiantes españolistas, y teniendo en cuenta los informes de la Comisaría General de Información, que ponían de relieve que el tipo de personas no suponían un grave riesgo para la seguridad, se decidió probar este modelo que combina a los agentes de Seguridad Ciudadana y ARRO y Brigada Móvil, pudiendo escalar la respuesta según la actitud de la protesta.

En el caso de este miércoles la protesta estaba prevista como nivel 1 -de los 4 de la escala- y desde la Prefectura de los Mossos d'Esquadra se optó por poner en práctica este modelo. A primera hora de la mañana se constituyó un Centro de Coordonació (CECOR) en Egara, el complejo central de los Mossos, con el fin de coordinar este ensayo. El comisario de la Prefectura Eduard Sallent, quien lo capitaneó, convocó al jefe de la Comisaría General de Información, el intendente Carles Hernández, el jefe de la Comisaría General de Recursos Operativos, el intendente Miquel Hueso; el subjefe de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial, el intendente Josep Lluís Rossell, y otros responsables de la policía catalana. Sobre el terreno, los Mossos tenían el inspector Marc Plan, experto en orden público y ahora en la comisaría de Cerdanyola, y también la intendente Montserrat Estruch, la número dos de la región policial Metropolitana Norte.

 

Desde la dirección operativa se decidió crear una línea policial con agentes de Seguridad Ciudadana, equipados con defensas largas -las que utilizan los equipos de orden público- y también con cascos -que no se tuvieron que llegar a poner. Con el inspector Pla sobre el terreno y también la instrucción de especialistas de la Brigada Móvil, para dar instrucciones claras de cómo formar la línea a los agentes de Seguridad Ciudadana, se puso distancia entre los dos grupos enfrentados.

El objetivo era mantener la línea con estos agentes siempre que la tensión de la manifestación no aumentara. El nivel 1 es cuando no hay desórdenes públicos o agresiones contra personas y bienes, un hecho que este miércoles en la UAB no se produjo. La línea en forma de medialuna de los agentes, cogiendo la defensa con las dos manos, permitió mantener el control de la situación.

Escalar la respuesta: de USC a orden público

El objetivo de los Mossos, con este nuevo modelo hibridado, es poder escalar mejor la respuesta sin perder fuerza. No actuar desde el primer momento con efectivos de orden público pero sin perder la capacidad de poder hacerlo si hace falta elevar el nivel de la manifestación. Posicionados a menos de dos minutos de la carpa de "S'ha acabat", los Mossos disponían de fuerza de orden público y desde el cielo, con el helicóptero policial, los mandos tenían imágenes en directo de la protesta. Además, también sobre el terreno, agentes de paisano especialistas en Información daban también detalles de qué tipo de personas había rodeado la carpa y qué grado de peligro suponían.

Sumando todas estas capacidades, la policía tenía una radiografía a tiempo real para ir gestionando la protesta y poder actuar según la necesidad concreta de la manifestación. Todo estaba a punto por si las personas que se manifestaban hubieran intentado romper la línea o hecho lanzamientos contundentes, relevarla para aguantarla con efectivos de ARRO, o por si había que actuar por la cola, si había incidentes, con equipos de la Brimo. Finalmente, no fue necesario, la masa se disolvió y se pudo desescalar, sin pasar de nivel 1.

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Imagen de la línea policial formada por agentes de USC de los Mossos d'Esquadra / Albert Segura

El ensayo sobre un teatro de operaciones real funcionó, aseguran desde la Prefectura de los Mossos. Avisan de que el modelo híbrido entre agentes de Seguridad Ciudadana y equipos de orden público será la estela a seguir para superar el actual modelo de orden público. Apuntan, sin embargo, que eso no hará perder capacidad de intervención y actuación -ayer en la UAB había decenas de agentes de orden público por si hay que ser más drásticos en la respuesta- sino que dota a la policía de más cintura en primera instancia, cuando hay concentraciones sin desórdenes públicos, y más capacidad de progresar la respuesta si se inician incidentes.

Material, formación y seguridad

Ayer se puso en práctica este nuevo modelo, que mezcla orden público y Seguridad Ciudadana, y es el primer test de estrés de una tendencia que la Prefectura de los Mossos quiere aplicar en la gestión del orden público a Catalunya cuando las concentraciones sean de nivel 1. Este modelo se puede acabar aplicando, si las pruebas prosperan, en el refuerzo a los desahucios, cuando la intervención policial es necesaria para hacer efectivos un lanzamiento inmobiliario cuando hay activistas haciendo resistencia pacífica.

Con todo, desde la Prefectura, ponen tres ítems sobre la mesa que son claves para poder aplicar este modelo: material, formación y seguridad. Los agentes de las unidades de Seguridad Ciudadana ya disponen de herramientas de orden público de dotación en los nuevos vehículos policiales. Cascos, defensas -más largas que las que llevan habitualmente- y escudos. Además, también se dotará en las comisarías de material de este tipo, de refuerzo. Pero este material, sin formación, no servirá de nada. En la nueva estructura, la División de Intervención, la que incluirá a la Brigada Móvil, dispondrá también una Área Técnica de Orden Público, que será quien preparará las estrategias para desarrollar y mejorar este modelo. La formación de los agentes de las Unidades de Seguridad Ciudadana en orden público volverá a ser uno de los núcleos de la formación policial para posibilitar que todos los agentes de los Mossos puedan participar en estos operativos.

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Vista aérea del despliegue de la policía en la UAB, este miércoles / Cedida

Y desde la Prefectura suman una tercera pata, la seguridad. Aseguran que en este modelo siempre se primará la seguridad de los agentes, retirándolos cuando haga falta para evitar que puedan resultar heridos y también saltándose el nivel 1 cuando se trate de concentraciones o manifestaciones que según los informes de Información ya puedan ser hostiles y violentas desde el primer momento.

Si bien ahora el objetivo es pulir este modelo, ir probándolo y verle las costuras para mejorarlo, la Prefectura también ha manifestado que es importante pensar cómo se podrá soportar con respecto a efectivos. Que agentes de Seguridad Ciudadana sean la respuesta de nivel 1 en posibles incidentes de orden público, irremediablemente, saca agentes del servicio ordinario. La Prefectura confía en la incorporación de nuevos agentes y también con las horas extras y la bolsa de horas de remanente para poder dotar este tipo de dispositivo que este miércoles se estrenó y que bebe de modelos ya puestos en práctica en países del entorno europeo.