Francesc Homs ha seguido la misma línea de la declaración del expresident Artur Mas. Y ha puesto sobre la mesa el gran alcance de la prohibición del TC y la inconcreción. También en "el terreno de abuso de poder" en que entró el gobierno español. Homs sólo ha respondido a los abogados de Mas, Ortega y Rigau porque el fiscal y la acusación popular han declinado hacerle preguntas.

Según el exconseller de la Presidència, "hace copy paste el TC" del texto que envía el gobierno español para parar el N-9. "Buscó un camino en el terreno del abuso de poder", ha dicho Homs, que ha recordado sus conocimientos de derecho para explicar que la actuación del TC es una "prerrogativa a disposición del Estado para buscar un efecto a través de un mecanismo jurídico". El exconseller remarca así el hecho de que el gobierno español buscó una salida judicial impuesta para detener un proceso de participación.

Homs ha explicado que al recibir la providencia "sorprendentemente" por correo electrónico y no con un funcionario judicial como había sido el caso de la suspensión de la ley de consultas. Una vez el día 4 tiene conocimiento de la providencia, se asesora con el equipo jurídico e informa al Govern de que no se está haciendo nada ilegal: "Yo di cuenta al Govern que mucho menos estábamos incurriendo en un tipo penal".

El exconseller de la Presidència ha remarcado que la providencia "no la genera un Tribunal Constitucional autónomamente, sino que es un acto debido", una imposición que viene del Estado español. Francesc Homs ha expuesto que si el gobierno español, el 31 de octubre cuando pidió la prohibición en el TC de la consulta, no hubiera invocado el artículo 161.2 de la Constitución, el TC habría tenido que aceptar a trámite y empezar un proceso como es el habitual. Pero con el artículo 161.2 que prevé la suspensión de leyes, obligaba al Constitucional a suspenderlo todo y a enviar una providencia informando.

Pero el concepto era tan amplio que, según Homs, se prohibió la "libertad expresión, expresión política y libertad ideológica" y ligó de manos al TC que no pudo decidir qué estrategia procesal había que utilizar según unos criterios jurídicos, no políticos.

"En la medida en que es inconcreta esta providencia, nos situaba en la absurdidad de no hacer absolutamente nada de nada de nada", ha dicho Homs. Y por eso se decidió que "el gobierno de Catalunya mantenía el proceso participativo y después informé de qué decisiones tomábamos".

"¿Dónde empezaba y dónde acababa esta voluntad de suspenderlo absolutamente todo? ¿Porque el Gobierno no fue más preciso en el momento de presentar el recurso, en la medida en que sabía que era un automatismo?", ha rubricado Homs al final de su declaración, que ha durado justo media hora.

El testigo imputado

Homs ha comparecido con su abogada porque está investigado, también, por la consulta y pendiente de juicio en el Tribunal Supremo.

La abogada de Homs no lo ha dejado responder sobre el correo electrónico que envió el exconseller a T-Systems que pregunta, una vez recibida la providencia del TC, si continúa con los trabajos para acabar de diseñar los programas informáticos para la web de resultados de la consulta o no. Homs dio instrucciones claras de seguir adelante. "No entrará en detalles de cartas a proveedores y a empresas", ha dicho Marta Labarta, durante la declaración para evitar que responda justamente sobre el hecho por el cual está investigado por el Tribunal Supremo.

Como el resto de acusados, Homs ha dicho que el 9-N "no hubiera sido posible sin los voluntarios". "La mayoría de los puntos de votación no son centros educativos", ha querido recordar Homs, minimizando la línea de la Fiscalía en las presuntas presiones que recibieron los directores de los institutos para dejar los edificios.

"Qué lástima"

El fiscal ha decidido no hacer preguntas a Homs por su condición de imputado en la causa abierta por el Tribunal Supremo. Lo mismo ha decidido la acusación popular. Por lo cual Homs ha lanzado en medio de la sala de vistas: "¡Qué lástima!".

Todo bajo la mirada de la fiscal jefe de Barcelona, que por tercer día consecutivo se ha sentado en primera fila sin parar de hacer comentarios y muecas a lo largo de la declaración.