La sequía no se solucionará este invierno. Las previsiones de precipitaciones para los próximos meses apuntan que este invierno será seco, lo que no contribuirá a solucionar la falta de agua que asola Catalunya y el conjunto del Estado.

"Será un invierno seco, como es habitual en esta época del año. No se esperan muchas lluvias, lo que no contribuirá a mejorar la situación", explica el climatólogo Marc Prohom a esta periódico. Según este experto del Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat), las nieves habituales en el pirineo y prepirineo solo servirán para mejorar sutilmente las reservas hídricas de los embalses, que ahora mismo se encuentran a menos de la mitad de su capacidad, una situación que no ocurría desde hace por lo menos cuatro años.

Las perspectivas a medio plazo, que señalan poca precipitación, son exactamente las mismas que a corto. En los próximos 10 días, según las previsiones de centro de meteorología catalán, no habrá grandes lluvias. "Iría bien que hubiera un temporal de levante que regara el país durante tres días y que dejara abundante nieve en alta montaña", lamenta el climatólogo.

Sequía excepcional

Prohom advierte de que este ha sido un año especialmente seco en Catalunya, sin precipitaciones, y que la situación ya puede ser considerada como "importante". Ahora mismo, con los últimos datos de Meteocat, prácticamente toda Catalunya se encuentra en un episodio o bien de sequía moderada o grave. Ahora bien, hay lugares donde la situación es aún peor: la falta de lluvia ha asolado especialmente zonas de Catalunya como el sur del Ripollès, Osona, el interior del Alt Empordà, la Selva, Montsià y el Baix Ebre, donde se ha dado una situación particularmente dramática y se habla de sequía excepcional.

La situación límite de estas comarcas se puede ver claramente con el siguiente mapa, facilitado por el Meteocat, realiza una comparativa entre las precipitaciones de este año y del año anterior. Los colores anaranjados o rojos indican una desviación negativa, es decir, menos lluvia; mientras que los pocos lugares que se conservan en verde han tenido más precipitaciones.

PPT Obs Ebre / Meteocat

Precipitación acumulada en el Observatorio del Ebro (Roquetes, Baix Ebre) este año 2017 en comparación con la media climática (desde 2001 hasta 2015).

En el Baix Ebre, tal como cuenta el experto, han coincidido dos factores: junto a las bajas precipitaciones —a estas fechas, el Observatorio del Ebro registra 267 mm acumulados en 2017, cuando la media de la última década se encontraba alrededor de los 500 mm—, hay que añadir fuertes episodios de viento. Y es que a parte de la ausencia de lluvias, hay otros factores que inciden en la falta de agua como el viento y la temperatura. "Las fuertes rachas de viento disminuyen la humedad del ambiente y las altas temperaturas contribuyen a aumentar la evaporación del agua", algo que a la larga provoca lo que se denomina "sequía excepcional", la peor de las sequías.

Va para largo

Prohom señala el cambio climático como principal causante de la situación por la atraviesa Catalunya. "Los episodios de sequía serán cada vez más extremos, especialmente en los países del Mediterráneo". En esta zona, según considera el experto, afectará especialmente la falta de lluvias. "Tendemos a ir hacia un clima subtropical, cálido y con pocas lluvias", una idea que también señala el último informe de Greenpeace, Sequía, algo más que falta de lluvia, que señala el impacto que ya ha tenido la sequía en el conjunto del Estado.

La organización advierte un tercio de España está amenazado por la desertificación, un fenómeno asociado al calentamiento global. Según Greenpeace, prácticamente el 75% es susceptible a alcanzar este fenónemo, lo que convierte el país en el más afectado por el cambio climático de Europa. Avisa de que esta situación se ha hecho especialmente visible tras un año con la primavera, la estación más húmeda, con un 23% menos de lluvia de lo habitual, algo que parece no ser solo cíclico sino que viene para quedarse. "A la larga, nos tendremos que acostumbrar a la sequía", lamenta Prohom, que aunque apunta que este fenómeno seguirá siendo cíclico, cada vez se dará con más frecuencia.