El castillo de Sant Miquel, situado en las Gavarres y punto habitual de cita para excursionistas y ciclistas, pasará a ser de Girona y Celrà.

Los dos ayuntamientos han estado enfrentados durante años y habían llevado el caso a la justicia para determinar a qué término municipal pertenecía este castillo del siglo XV. Finalmente, y después de varios recursos por parte del ayuntamiento de Celrà, el Tribunal Supremo dictaminó que la fortificación estaba dentro del término de Girona.

Este miércoles, los alcaldes de las dos poblaciones, Marta Madrenas, de Girona (PDeCAT) y Dani Cornellà, de Celrà (CUP) -en la imagen-, acompañados de concejales de varios grupos políticos han subido hasta la umbre para anunciar un acuerdo simbólico: Girona modificará los límites de su término municipal con el fin de compartir el castillo con Celrà.

El acuerdo tendrá que pasar por pleno y no supone ningún gasto, ya que la titularidad del complejo es privada. "Hemos atendido las reivindicaciones de los vecinos de Celrà que también lo sienten como propio, creemos que el castillo tiene que ser de los ciudadanos y no de un municipio u otro", ha declarado Madrenas.