El Tribunal de Cuentas ha emitido un informe en el que analiza el funcionamiento de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) y señala que ha detectado deficiencias en el control y gestión de los bienes y efectos de los que se hace cargo. El objetivo de esta oficina, dependiente del Ministerio de Justicia, es colaborar con los órganos judiciales y fiscalías en la localización de bienes procedentes de actividad delictiva para su decomiso, y para gestionarlos de manera eficaz.

Uno de los motivos para la creación de la ORGA, dice el tribunal, es lograr "el estrangulamiento financiero de la criminalidad, dado que ésta mueve importantes beneficios económicos". Asimismo, indican que busca la reversión de las ganancias ilícitamente obtenidas en proyectos de ayuda a víctimas y de lucha contra la criminalidad organizada.

Si bien el Tribunal de Cuentas analiza los años 2016 y 2017, realiza comentarios también de años posteriores dado que el informe se presentó el 26 de noviembre de 2020. Entre sus conclusiones, el tribunal fiscalizador indica que si bien la ORGA cuenta con manuales que definen su actividad, estos no explican por ejemplo los criterios de reparto de costes para los casos de ventas, tasaciones o destrucciones de bienes.

Tampoco recogen esas instrucciones la periodicidad con la que se ha de realizar la liquidación al Tesoro de los importes generados por aquellos expedientes con resolución judicial firme. Y añade que en la aplicación en la que se dan de alta los expedientes no se incluye un módulo de contabilidad en el que se plasmen los gastos, ingresos y valoraciones relacionados con la gestión de los bienes incluidos en cada expediente.

A juicio del tribunal, esto ralentiza la obtención de estadísticas o datos cuantitativos que permitan evaluar la actuación de la ORGA de una manera eficiente, y dificulta la definición de los indicadores que se consideren más relevantes para el análisis de la información.

Al hilo, lamentan que en las memorias analizadas no existen "objetivos mensurables, concretos y delimitados temporalmente", ni indicadores cuantitativos o cualitativos, ni un horizonte temporal concreto, ni una previsión realista de gastos e ingresos. A esto suman una ausencia de justificación de los criterios para fijar los gastos de funcionamiento en un 5 por ciento de los recursos obtenidos, y que la ORGA no ha dispuesto de un programa presupuestario propio para su gestión como preveía la memoria.