Albert Cavallé -conocido popularmente como el estafador del amor- ha salido del juzgado de lo penal número 1 de Barcelona como una verdadera estrella de rock. Enfundado en unas gafas de sol y rodeado de cámaras, el presunto estafador ha abandonado las dependencias judiciales con pose triunfal, bromeando ante las preguntas de los periodistas y secundado por su polémico abogado, David Peña, que también lleva la defensa del padre de Nadia.

La vista de este miércoles ha sido el tercer juicio por presunta estafa al que se enfrenta Cavallé, después de ser absuelto en las dos ocasiones anteriores. En este caso, el joven estaba acusado de apropiarse de 2.500 euros, que la denunciante le había dejado pensándose que era inversor de bolsa. El estafador del amor ha negado haberse hecho pasar por un broker y ha asegurado que a cambio del dinero prestado y en concepto de aval, el hombre había entregado a la chica un anillo perteneciente a su abuela de "gran valor sentimental".

Los dos implicados se habían conocido a través de una aplicación de citas en marzo del 2016. Después de chatear habían quedado unas seis veces, primero como amigos y después como amantes, ya que el joven tenía pareja, tal como ha reconocido.

Según el acusado, le dijo que no trabajaba, en ningún momento se presentó como un inversor de bolsa y la denunciante le prestó 1.090 euros "por amistad". A fin de que la mujer lo creyera, le ofreció firmar un contrato privado –"entre partners"- y le dejó en aval un anillo que presuntamente superaba en valor de la cantidad prestada. Cuando Cavallé quiso devolver el dinero a la denunciante, la mujer había dejado de contestar a sus mensajes y parecía "que prefería quedarse con la joya".

Dos versiones

El relato de la chica -a pesar de ser bastante diferente- ha caído en ciertas incongruencias. La denunciante ha explicado que el estafador del amor le había comentado que trabajaba de vez en cuando para su padre en la bolsa y que hacía poco que se había separado de su pareja estable. El joven le habría propuesto invertir, prometiéndole rendimientos "cuantiosos", motivo por el cual ella le entregó 2.500 euros en dos series.

Al ver que las ganancias prometidas no llegaban, la chica se impacientó e intentó contactar con el joven. La denunciante asegura que Cavallé le dijo entonces que había sufrido un accidente y que se encontraba hospitalizado. Esta situación se fue alargando porque al presunto estafador lo tuvieron que trasladar a un hospital de Andorra y no pasaba nunca por el domicilio que compartía con su ex-pareja en Premià de Mar.

Incongruencias

A pesar de las diferencias entre las versiones, la denunciante no ha reconocido una serie de mensajes concretos pertenecientes a la documentación que ella misma había entregado a su abogado como prueba del delito de estafa. Esta duda de la chica -añadida a la ausencia de verificación de autenticidad de los documentos ante notario- ha dado alas al argumento de la defensa de Cavallé, que apuntaba a una posible "manipulación" de los mensajes para favorecer los intereses de la denunciante. Además, el presunto estafador ha asegurado que no se identificaba con el lenguaje utilizado, a excepción de algunos fragmentos. "Las frases son muy bruscas. Yo no hablo así", ha declarado.

A la espera de la sentencia, todo parece apuntar que Cavallé volverá a ser absuelto de la acusación por presunta estafa. Con más de una decena de casos similares abiertos con otros denunciantes, la estrategia del abogado del estafador del amor parece apoyar la tesis que la avalancha de denuncias y las posibles manipulaciones de la documentación formarían parte de un entramado urdido por su ex-pareja, que estaría actuando por despecho, según la defensa.