El fotoperiodista de El País Albert Garcia ha quedado absuelto de las acusaciones de agredir a un policía español durante los disturbios posteriores a los actos de protesta por la sentencia del procés independentista. Durante el juicio, Garcia negó los hechos y explicó que fue el policía quién, después de intentar evitar que no fotografiara una actuación "fuera del protocolo policial", lo empujó y después llamó a los compañeros para que lo detuvieran porque lo había agredido. La justicia lo ha absuelto por falta de pruebas. Lo recoge la sentencia que se hizo pública ayer y que remarca que "existen serias dudas que pasara lo que relata el escrito de acusación".

La sentencia todavía no se sujeta. La Fiscalía tiene ahora 10 días para presentar un recurso, pero es poco probable que lo haga viendo la resolución y la contundencia del juez. Mientras tanto Albert Garcia se plantea pedir responsabilidades por todo el periplo policial y judicial por el cual ha tenido que pasar los últimos 2 años. Su abogada Marisa Díaz lo estudiará. Aparte del daño moral, la policía hizo caer las dos cámaras que el fotoperiodista llevaba colgadas durante su detención dentro de la comisaría de Via Laietana.

 

 

Para la absolución de García han sido claves las imágenes captadas por otros periodistas que estaban en la zona cuando lo detuvieron. El juez valora uno de los vídeos como prueba fundamental y expone: "Se ve un desequilibrio del agente presuntamente lesionado y una posición defensiva del acusado, presenciado todo por el Sr. Gutiérrez. No se refleja videográficamente el momento de la llegada del agente presuntamente lesionado, el supuesto grito para que los periodistas se aparten y la supuesta empuja". El juez sigue diciendo que "contamos únicamente con testigos del empujón de un agente que se encontraba de espalda al agente lesionado y del mismo agente lesionado, que ya ha sido controvertido por todos los testigos presentes y el acusado, y no se refleja en ningún apoyo visual. De aquí que no existen pruebas fehacientes".

El caso con una dura acusación, pero muy poco sólida, ha pasado todo el proceso de instrucción sin pruebas y tiene su origen en una detención policial a un periodista mientras estaba fotografiando una detención fuera del protocolo. Poco La acusación se basaba en la versión del mismo policía que acusaba al fotoperiodista de agredirlo y en la declaración de otro agente que estaba de espalda a la acción.

Juicio en la prensa

La detención y todo el proceso judicial contra Albert García se ha vivido como un juicio en la prensa. Un escarmiento y un aviso a los fotógrafos, cámaras y redactores, que actúan de notarios de la actualidad en momentos, que pueden ser controvertidos por la policía si no se ajustan a los protocolos. La absolución, sin embargo, representa un antes y un después y la sentencia se deja muy claro que en ningún caso se ha fiscalizado a los periodistas.

El colectivo hace dos años que denuncia los hechos y días antes del juicio hubo la concentración unitaria con el manifiesto en defensa en la libertad de expresión y el libre ejercicio de la profesión: "el juicio a Albert Garcia es un juicio en la prensa, a toda la profesión, y un ataque a la libertad de prensa". Desde el primer momento se ha defendido que "sin periodismo libre no hay democracia" y se han rechazado los delitos de los que se acusaba en Garcia y han lamentado "la complicidad de la Fiscalía, que ha dado crédito a unas acusaciones policiales infundadas que solo se sostienen por el "principio de veracidad" de las autoridades".