En 2009, una escuela pública de Santander estaba a punto de cerrar las puertas por falta de alumnos, pero decidieron luchar y refundar el proyecto educativo y el curso siguiente se matricularon los primeros 35 alumnos. Solo dos años más tarde fueron galardonados con el Premio Nacional del XI Concurso de Experiencias Educativas y se convirtieron en un referente en la educación de calidad, ya que, tenía un programa "pionero" que atrajo numerosas matriculaciones. Al frente del proyecto estaba el director, que sacaba pecho de haber desarrollado un proyecto de innovación educativa singular que se diseñó a partir de las protestas de un colectivo de padres y profesores recopilado en el manifiesto 'A volar'. Junto con otros 8 docentes, el equipo directivo impulsó una "educación emocional" y aprendió a partir de las competencias con gran implicación de las familias.
El problema llegó cuando 10 años después de empezar el proyecto, ya que según revela elDiario.es, un grupo de familias denunció que el director aplicaba a los alumnos terapias vinculadas a la cienciología. La Consejería de Educación de Cantabria investigó el asunto y lo acabó sancionando con 3 años de suspensión por|para varios incumplimientos de sus funciones. Entre las faltas más graves destaca la falta de compatibilidad por ejercer como 'facilitador' de la terapia vinculada a la cienciología. Aunque recurrió la sanción a los tribunales, el juzgado de contencioso-administrativo número 3 de Santander, le daba la razón a la consejería. El profesor recurrió al Tribunal Supremo y a la espera del veredicto, sigue dando clases de Educación física en otro colegio público de Santander.
Pseudoterapias en el centro
La sentencia señala que los profesores del centro no tenían un registro de las ausencias de los alumnos, tampoco levantaban actas a las reuniones del claustro, no preparaban unidades didácticas y además había retrasos e incumplimientos en la entrega de la documentación administrativa obligatoria. Según la sentencia, el director llegó a contratar unos monitores de yoga para que dieran por él sus clases de Educación Física. En la escuela tampoco se hicieron elecciones para nombrar a los representantes del profesorado al consejo escolar y para solucionar los conflictos se aplicaba la pseudoterapia del director vinculada a la Cienciología. Precisamente, eso último fue lo que provocó que algunas familias lo denunciaran y destapó el polémico funcionamiento del centro.
Según explica el digital, en 2020, varias familias de alumnos detectaron algunas cuestiones "inquietantes" e informaron a la Consejería de Educación. El director era "facilitador" de Access Consciousness, un movimiento de "control mental" vinculado a la cienciología, que los expertos le atribuyen "un comportamiento sectario". Sus redes sociales confirman su implicación en esta controvertida corriente y en sus pseudoterapias, que divulgaba en las aulas del colegio, tal como se podía comprobar en los vídeos con niños y niñas del centro que colgaban a las redes sociales de la escuela. Las familias comunicaron por escrito estas prácticas y que el director impartía y coordinaba talleres y charladas sobre herramientas de control mental de esta organización, sin permiso ni conocimiento por parte de los padres. Además, también ofrecía estas herramientas a las familias especialmente vulnerables, según la denuncia de los padres. Cuando la consejería recibió la denuncia se hizo una inspección y se apartó el docente de la dirección del centro y se le impuso una sanción de 3 años de suspensión de las funciones por varias faltas calificadas de "graves" y "muy graves".
Incumplimiento de las funciones
La Consejería de Educación comprobó que se habían producido varios incumplimientos e irregularidades. Entre ellas, destacaban que el director y profesor de Educación física "confió parte de su labor a terceras personas ajenas a la enseñanza". Durante el curso 2018-2019 contrató, con dinero de la asociación de padres, en unos monitores para que dieran una clase semanal de yoga a los niños que sustituía en la suya, e incluso les dejaba solos con ellos. Además, la resolución también señala que no preparó unidades didácticas y, por lo tanto, sus clases "carecían del rigor mínimo que se tiene que exigir a un profesional de la docencia". El expediente también recopilación que durante la pandemia incumplió las instrucciones del protocolo sobre el uso de las mascarillas por parte del alumnado y las medidas higiénicas en sus clases.
La consejería también detectó infracciones graves como no coordinar a los docentes, no verificar el cumplimiento del contenido de las programaciones didácticas ni el seguimiento de las faltas del alumnado, no revisó las actas del claustro durante el curso 2015-2016. Tampoco entregó la memoria del curso 2019-2020 ni la Programación General del curso 2020-2021.