En 2022 se interpusieron en el Estado 18.731 denuncias por violencia sexual, de las cuales un 45% tenía como víctima a una persona menor de 18 años. De estas, el 82% eran niñas o adolescentes. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del informe 'Silenciadas', que ha presentado Save the Children coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer. La investigación ha revelado que ser niña es un "factor de riesgo determinante para poder sufrir una agresión de este tipo". La ONG también ha apuntado que en el 97% de casos los autores son hombres. Además, el trabajo ha analizado las agresiones grupales. Aunque ha señalado que han crecido un 64% en los últimos cinco años, ha indicado que solo representan un 4,2% del total de las violencias sexuales.

Los roles y estereotipos de género a los que se ven sometidas las niñas

Save the Children ha relacionado los datos con el hecho de que las niñas y adolescentes están condicionados por los roles y estereotipos de género actuales. Ha señalado que estos van encaminados a un concepto del amor determinado por un canon de belleza difícil de cumplir, vinculado con gustar sexualmente y también con vivir la sexualidad de manera reservada. "Eso se va construyendo desde la primera infancia con las muñecas, los dibujos animados, los vídeos y programas de televisión, las redes sociales, muy encaminados a conseguir un modelo femenino de belleza y corporal que nunca se acaba de alcanzar", ha asegurado Catalina Perazzo, directora de incidencia política y social de Save the Children. En este sentido, también ha avisado de que la masculinidad también está acondicionada por la exigencia de los roles y estereotipos de género desde la primera infancia con los propios juguetes y espacios de socialización como el recreo.

 

El peligro de la pornografía

Save the Children ha recordado que el entorno digital es un espacio más donde la infancia y la adolescencia se desarrolla y ha remarcado que la pornografía está también condicionando la manera como niños, niñas y adolescentes se relacionan entre sí. Según el informe Desinformación Sexual de la organización, casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, y por término medio acceden a los contenidos sexuales por primera vez a los 12 años. Al mismo tiempo, ha revelado que estos contenidos son de consumo masivo en línea, gratuitos e ilimitados. También ha alertado de que casi siempre están basados en la violencia y la desigualdad. Así, Save the Children ha advertido que la pornografía muestra aspectos que los chicos y chicas pueden reproducir como la no necesidad de pedir consentimiento o la negativa del mismo por parte de los hombres, la ausencia de métodos anticonceptivos, la estigmatización de los cuerpos y cosificación como objeto de placer de la mujer o el establecimiento de roles desiguales: dominio (chicos) y sumisión (chicas).

Agresiones sexuales grupales

Con respecto a las agresiones cometidas en grupo, la ONG ha asegurado que, según el ministerio del Interior, en los últimos cinco años esta tipología de hechos delictivos han crecido un 64%. Sin embargo, Save the Children ha remarcado que este tipo de prácticas solo representan el 4,2% del total de delitos denunciados por violencia sexual. El perfil de la víctima es el de una niña o adolescente sola, con una edad media de 15 años, cuyos agresores tienen una edad similar, se conocen con anterioridad (aunque sea de forma limitada) y el delito suele cometerse con penetración y violencia. "Tenemos que tener en cuenta que más de un 10% de las agresiones sexuales múltiples son grabadas o fotografiadas como señal de dominio y a la espera de un reconocimiento del grupo de iguales, cosa que muestra claramente como afectan a las nuevas tecnologías e Internet a la manera de relacionarse de niños, niñas y adolescentes, ha afirmado Catalina Perazzo, directora de incidencia política y social de Save the Children.

¿Cómo combatir este tipo de violencia?

Save the Children ha pedido que el Gobierno desarrolle la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia ante la Violencia (LOPIVI) aprobada ahora hace casi tres años. "Hay que desplegar las medidas de prevención que contempla, como la educación afectivosexual o en un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías", han apuntado los responsables de la ONG. En esta línea, Perazzo ha avisado de que la pornografía "no puede ser la profesora de sexualidad de niños, niñas y adolescentes". Por eso, ha considerado "fundamental" implantar una educación afectivosexual desde edades tempranas para que niños y niñas puedan establecer relaciones más sanas y más igualitarias, así como dotarlos de herramientas para que puedan hacer un uso seguro de Internet y las redes sociales.

Además, ha considerado que cuando la violencia ya se ha producido, hace falta que las víctimas sean atendidas con las mayores garantías y respetando todos sus derechos. Por eso, ha propuesto la formación inicial y constante de todos los profesionales del ámbito jurídico y la coordinación de todos los recursos existentes para atender la infancia víctima, así como los agresores adolescentes. En la atención a los adolescentes que han cometido una agresión, la organización ha apostado por intervenir no solo individualmente con el agresor, sino también con su entorno para una reparación eficaz a largo plazo. "Se tiene que tener en cuenta siempre que, ante casos de agresiones sexuales, tanto víctimas como agresores son niños, niñas y adolescentes. Por lo tanto, el enfoque de derechos de infancia y adolescencia tiene que ser el punto de partida en la prevención y en la detección y, una vez ya se ha producido violencia, también en la atención", ha concluido Perazzo.