El Ayuntamiento de Cádiz se ha puesto en contacto con los Mossos d'Esquadra con el fin de desahuciar a los okupas que llevan dos meses instalados en la sede gaditana en Barcelona. El consistorio liderado por el alcalde José María González, Kichi, pareja de la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, amenaza de esta manera con desalojar la treintena de sintecho que viven desde hace meses en la Casa de Cádiz, en el número 277 de la calle de Sardenya. Uno de los promotores de esta ocupación fue Lagarder Danciu, el activista que denunció el inminente desahucio de un histórico dibujante de la editorial Bruguera.

La Casa de Cádiz llevaba más de una década cerrada cuando un grupo de sintecho decidió establecer el primer albergue autogestionado por indigentes de la ciudad. Actualmente, una treintena de personas sin recursos viven en la antigua sede de la ciudad andaluza en la capital catalana y ya hay una larga lista de espera para poder conseguir una plaza en el edificio de dos plantas. Además de ofrecer alojamiento, los sintecho también tienen acceso a un plato caliente, que cocinan los mismos residentes con los productos que reciben de donaciones ciudadanas.

El edificio se divide en dos plantas. Sólo atravesar la puerta flanqueada por una estelada y una bandera nacionalista andaluza hay una recepción donde algunos voluntarios gestionan la entrada y salida de residentes y venden los productos solidarios que utilizan con el fin de poder financiarse. El mostrador da paso a una sala común muy amplia que sirve al mismo tiempo de comedor y de zona de recreo y lectura. Escaleras arriba se llega al dormitorio principal, una habitación larguísima donde se extienden toda una serie de alfombras y camas que ocupan cada centímetro del suelo. La estancia comunica con otra sala destinada en principio a las mujeres.

Con el fin de acondicionar el espacio, los indigentes han empezado las obras con el fin de poder habilitar unos lavabos en condiciones separados por sexos, que irán situados entre las dos habitaciones. En la segunda planta también está la cocina, donde uno de los sintecho prepara el arroz que comerán la treintena de indigentes.

A pesar del carácter social de la iniciativa, de la que Danciu es la cara visible, los okupas no fueron bienvenidos. El proyecto recibió todo una avalancha de críticas de los residentes de los inmuebles contiguos. Uno de los pocos vecinos que dieron apoyo a los sintecho fue Enrique Pons, el histórico dibujante de la editorial Bruguera. La pequeña muestra de apoyo del vecino y tarotista de 85 años caló entre los indigentes, que -al enterarse de la delicada situación del dibujante- decidieron implicarse con el fin de evitar un más que posible desahucio.

Los sintecho le han abierto las puertas del albergue, ofreciéndole la comida que se cocina diariamente para todos los inquilinos de la sede de la ciudad andaluza y, además, le han instalado una nueva estufa que recibieron como donativo para suplir la calefacción que tenía estropeada desde hace meses.