En Manresa, la transición energética conecta con la limpieza forestal y la prevención de incendios. La calefacción y el agua caliente del Complex Esportiu Vell Congost y del pabellón del Nou Congost se nutren desde este año de una red de calor alimentada por dos calderas de astilla forestal de 1.600 kW de potencia. “Hemos mejorado mucho la cantidad de agua caliente y el rendimiento de la calefacción, y estamos ahorrando unos 60.000 euros anuales”, explica Soledad Pérez, técnica deportiva municipal. 

Joan Collado i Soledad Rodríguez /Diputación de Barcelona
Joan Collado y Soledad Pérez / Diputación de Barcelona

Las calderas se alimentan con madera procedente de la limpieza de los bosques, un recurso renovable y de proximidad. De esta manera, el proyecto no solo reduce emisiones de CO₂ respecto a las antiguas calderas de gas, sino que también da salida a restos forestales que antes quedaban infrautilizados y contribuye a la prevención de incendios. Para Joan Collado, jefe de sección de Redes y Ciudad Inteligente del Ayuntamiento de Manresa, “se trata de una pieza más de un modelo de ciudad que apuesta por las energías renovables y por una gestión inteligente de los recursos”. Es ya la tercera red de calor con biomasa del municipio, y el consistorio prevé impulsar una cuarta en los próximos años

Un proyecto clave del programa Renovables 2030

La nueva red de calor del Congost es posible gracias al apoyo del programa Renovables 2030 de la Diputación de Barcelona, que impulsa proyectos de energías renovables en toda la demarcación. La actuación tiene un presupuesto de aproximadamente 1,4 millones de euros, de los cuales la Diputación de Barcelona ha subvencionado casi el 90%. Además de la red de calor con biomasa del Congost, también se han realizado diversas instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo en equipamientos municipales, como las piscinas Manel Estiarte Duocastella. Esta combinación de biomasa y solar permite reducir la dependencia de combustibles fósiles y estabilizar la factura energética municipal en un contexto de fuerte volatilidad de precios.

En total, las dos convocatorias de Renovables 2030 han invertido 159,9 millones de euros para financiar 748 instalaciones de renovables. 190 de los 311 municipios de la provincia de Barcelona se han beneficiado. El detalle de cada proyecto, así como la información agrupada por municipio, comarca y tipología se puede consultar en el portal https://gisportal.diba.cat/sitac/R2030/.

Ahorro económico y pedagogía climática

El ahorro económico directo en combustibles se calcula en unos 60.000 euros anuales solo en la zona deportiva del Congost. A largo plazo, la sustitución de energías fósiles por biomasa y fotovoltaica se traduce también en menos emisiones y más resiliencia ante futuras crisis energéticas. Pero para el Ayuntamiento de Manresa, el proyecto tiene otra cara igualmente importante: la pedagógica. “Es importante hacer pedagogía desde pequeños, explicar en las escuelas qué modelo de ciudad y de sociedad queremos, y por qué hacemos estos cambios”, subraya Joan Collado. La idea es que la ciudadanía no solo vea tuberías y salas de calderas, sino que entienda que detrás hay una apuesta de futuro: menos emisiones, más gestión local de los recursos y más independencia energética.

La red del Congost se añade al mapa de tres grandes infraestructuras de biomasa al servicio de equipamientos públicos y viviendas de Manresa. A partir de aquí, el reto es seguir extendiendo el modelo: más redes de calor, más placas solares, más eficiencia en los edificios y más participación ciudadana. Como resume Soledad Pérez, desde el Vell Congost: “Cuando explicas a la gente que el agua caliente de los vestuarios viene de madera de nuestros bosques, la reacción es muy positiva. Entienden que la transición energética no es algo abstracto: está aquí, en su pabellón, en su campo de fútbol”.

Consulta el vídeo y toda la información sobre el programa Renovables 2030 aquí.

Esta acción de la Diputación de Barcelona responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) proclamados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015 y forman parte de la Agenda global 2030.
 

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