“Mientras la España opresora conmemora su Constitución, nosotros reafirmamos nuestra fidelidad a una tradición propia. Por eso, hoy juraremos las constituciones catalanas, de más de 700 años de historia”. Así comenzaba la Assemblea Nacional Catalana (ANC) este 6D del “nada que celebrar”, que coincide con el aniversario de la constitución española en Madrid, que ha conmemorado con una marcha en la que han participado decenas de personas. "Hoy 6-D no tenemos nada que celebrar. No nos representa ninguna Constitución española", ha indicado la entidad, que ha reivindicado las "constituciones catalanas, de más de 700 años de historia" ante una "España opresora que conmemora su Constitución". La marcha ha finalizado con la lectura de un manifiesto y la jura de las constituciones catalanas de 1585, 1702 y 1706.

La marcha ha tenido un recorrido lleno de historia: un inicio en la plaza Pau Vila, delante del palo y la senyera del monumento al General Moragues, “donde hace 310 años, después de ser ejecutado y descuartizado, las tropas borbónicas expusieron públicamente su cabeza durante 12 años en una jaula”. A continuación, la marcha ha continuado el recorrido por el Pla de Palau, “donde nos desprendemos de toda la simbología española, que representa la represión y la colonización que sufrimos desde 1714 por parte del Estado”. Y finalmente, la marcha ha finalizado en el Fossar de les Moreres. “No hay lugar más idóneo que el memorial de los caídos en 1714 para leer el manifiesto final y jurar las constituciones catalanas de 1585, 1702 y 1706”, relataba la ANC a través de sus redes sociales. Muchos de los participantes han quemado banderas españolas.

¿Pero qué tienen de especial estas constituciones? Son las constituciones vigentes hasta 1714, que la ANC considera las “legítimas constituciones del pueblo catalán”, en contraposición a la vigente Constitución española, que “legitima y perpetúa los privilegios del rey, mantiene el expolio fiscal, impone la supremacía del castellano y oprime al pueblo catalán con el mismo afán que lo hizo Felipe V”. Son las constituciones celebradas por el independentismo porque ejemplifican el constitucionalismo catalán avanzado, la defensa de los fueros y privilegios propios en un modelo pactista, y la resistencia a la centralización borbónica, con especial énfasis en la de 1706 como símbolo de soberanía nacional y protofederalismo (conservación de leyes e instituciones propias en un marco de leyes comunes o federales) frente a la monarquía borbónica.

Tal como explicaba ElNacional este miércoles, las Constituciones de Catalunya eran las leyes generales del Principado de Catalunya e incluían constituciones, capítulos y actos de Cortes resultantes del pacto entre el monarca, el conde de Barcelona y rey de la Corona de Aragón, y la Corte General o parlamento medieval. La Corte, sin cuya aprobación el rey no podía ejercer su soberanía, la formaban los Tres Brazos o estamentos: el Eclesiástico (formado por representantes de la jerarquía religiosa), el Militar (nobleza) y el Popular o Real (miembros de las ciudades y villas del dominio del monarca). Por ello, se considera que Felipe V hizo una abolición de hecho, que no de derecho de las leyes que garantizaban los derechos y libertades históricas catalanas a raíz de su victoria militar en 1714