Si esta semana alguien ha demostrado públicamente una estima incondicional por los animales -en concreto por las alpacas-, este alguien ha sido, sin duda, la ganadera Maria Àngels Caus. Con su buen saber hacer y el carisma que despierta, Maria Àngels ha sido capaz de captar la atención de buena parte de Catalunya y de transmitir el conocimiento que tiene de estos camélidos en un reportaje emitido por TV3. La pieza, emitida en el Telenotícies comarques, daba a conocer el rebaño de 17 alpacas que tiene en Cercs (Berguedà) y explicaba en que consiste su día a día, con convivencia de estos animales que muchos confunden con llamas.

Desde entonces, el teléfono de Maria Àngels no para de sonar, y en un rato libre que tiene a primera hora de la mañana, aprovecha para atender la videollamada de El Nacional mientras está con sus alpacas. "Cuando me despierto vengo con ellas, estoy aquí y les pongo hierba seca cada día del año", relata la ganadera, que explica que las educa como si fueran perros y las premia cuándo se portan bien y le hacen caso.

Las alpacas son unos camélidos muy curiosos y amigables

Alpacas Maria Ángeles (1)

Pero la estima que tiene y que transmite Maria Àngels por las alpacas- que en un inicio no sabía qué eran y que descubrió mirando un reportaje-, no es única. "Tenemos 9 perros recogidos y porque nos dan pena y nos les quedamos, 50 gatos... Toda la vida he tenido un don especial con los animales", relata la ganadera, que demuestra tener un corazón enorme para todos los animales con quién convive y con quién se ha criado.

¿Por qué es desaconsejable tener una sola alpaca?

Al descubrirlas en el 2014, Maria Àngels fue hasta una granja de alpacas de Cantabria para conocerlas en persona. "Ellos se dedicaban a la venta de los animales y de la lana, y a mí eso no me motiva nada. Cuando tengo un animal, para mí ya tiene un nombre, lo quiero, y de casa no se mueve". Las 17 alpacas de Maria Àngels, las tiene por una finalidad educativa y pedagógica. "Todo el mundo se piensa que son llamas, hay mucha inconsciencia y desconocimiento; 'quiero una alpaca, quiero una alpaca', y la gente no sabe que una alpaca no puede vivir nunca sola", relata la ganadera, que explica que un solo individuo adoptaría trastornos de conducta y escupiría a todo el mundo mostrando su infelicidad fuera del rebaño.

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Finalidad educativa y pedagógica

Maria Àngels realiza cursos en escuelas del Berguedà para dar a conocer la vida de estos camélidos. "Una de las cosas que me hizo muy feliz, es ver cómo los niños en clase estaban muy nerviosos y les costaba aguantar. Al venir aquí a ver la granja fue maravilloso, los niños que en el aula estaban nerviosos, aquí estaban con su alpaca, felices, contentos, tranquilos... Una pasada"!. Caus recuerda que el amor que sintió al conocer las alpacas fue a primera vista, y dice que adoptarlas, trabajar y disfrutar de ellas, es el gesto que más feliz la hace.

¡No me esperaba todo este alboroto!

Respecto a la fama que ha adquirido estos últimos días a partir de la publicación del reportaje, de la aparición en el APM por su risa contagiosa y de alguna entrevista que ya le han hecho en otros medios, la ganadera se muestra sorprendida y muy satisfecha. "Toda la vida he tenido una risa un poco peculiar que a muchos les gusta y otros no. Al poder enganchar a la gente conmigo yo ya estoy contenta. Me ha gustado mucho salir a las noticias para poder dar información sobre las alpacas y darlas a conocer, que no se piense la gente que tengo llamas"!. [Exclama sonriente]

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¿Sin embargo, cuál es la diferencia con las llamas?

"Las llamas son más grandes que las alpacas, llegan hasta los 1,80 metros y las utilizan como medio de transporte en algunos países, como a Bolivia y Perú". Las alpacas, en cambio, son más pequeñas, hacen 1,20 metros y son usadas por su lana, una de las mejores consideradas del mundo. Unas alpacas a las que ahora ya conocemos mejor gracias al buen saber transmitir -con alegría, vitalidad y sensibilidad- de Maria Àngels.