La Generalitat ha puesto en marcha un centro Barnahus en Vilanova i la Geltrú dirigido a niños y adolescentes del Penedès víctimas de violencia sexual. El equipamiento, pensado también para atender a las familias de las víctimas, está diseñado para ofrecer una atención integral "amable", lejos de la frialdad de comisarías y hospitales, según ha destacado este miércoles el president de la Generalitat, Pere Aragonès. Algunas salas están equipadas con un circuito cerrado de televisión para poder grabar el testimonio de las víctimas, de manera que aquello que expliquen ya sirva como prueba preconstituida y no sea necesario que declaren posteriormente ante la policía o el juzgado. Se estima que eso ahorra hasta cuatro declaraciones de los menores.

Se busca que las víctimas se puedan explicar en un espacio de confianza

El equipamiento tiene el aspecto de un hogar y ofrece salas con juguetes para los más menudos con el objetivo de generar un espacio de confianza. De esta manera, se espera que las víctimas puedan explicar de forma relajada la situación de abusos que han vivido y establezcan una relación próxima con los psicólogos y trabajadores sociales. Al mismo tiempo, el hecho de que el espacio sea confortable y que haya zonas donde se puedan grabar pruebas preconstituyentes busca "minimizar la contaminación del testimonio" de cara a las entrevistas forenses, según destaca la Generalitat.

"Con equipamientos como estos queremos situar a la víctima en el centro", ha resaltado Aragonès, que ha dicho que la intención es que los servicios públicos "protejan" el niño o adolescente desde un solo lugar "sin que la víctima ni sus tutores se tengan que mover". En este sentido, ha insistido en que el objetivo final es conseguir la "recuperación llena" de los afectados y "evitar la revictimización" cada vez que tienen que explicar aquello que han vivido en manos de los agresores.

Hacer emerger los casos más difíciles

"Tenemos que trabajar para que una situación tan dura, injusta y traumática se pueda superar", ha añadido Aragonès, haciendo un llamamiento a "empoderar" los niños y jóvenes para evitar que se desarrollen de manera limitada durante su etapa adulta. Al mismo tiempo, el president de la Generalitat ha destacado que las Barnahus también tienen la finalidad de hacer emerger aquellos casos más difíciles de detectar a través de los circuitos convencionales.

La de Vilanova es la séptima Barnahus – Casa de los niños y las niñas que crea la Generalitat, después del centro piloto de Tarragona y de los recientes espacios abiertos a Terrassa, Granollers, la Seu d'Urgell, Lleida y Girona. El centro se ubica en la calle Olèrdola y trabaja un equipo psicosocial formado por una coordinadora, dos trabajadores sociales, dos psicólogas y una administrativa. También participan otros profesionales que actúan desplazándose a las diferentes Barnahus, como son técnicos penales, médicos forenses, profesionales de atención a la víctima, pediatras y psiquiatras.

En Tarragona triplicaron la detección de abusos

Aragonès ha evitado concretar cuántos niños y jóvenes se pueden atender a lo largo de un año en el nuevo espacio del Penedès, si bien ha apuntado que en Tarragona durante un año los servicios asistenciales triplicaron la detección de abusos. "Probablemente, este patrón se repetirá por todo el territorio", ha dicho.

El proyecto está liderado por el Departamento de Derechos Sociales, encabezado por el conseller de Vilanova Carles Campuzano, en coordinación con las conselleries de Salut, Educación, Interior, Justicia e Igualdad y Feminismos, además de la fiscalía y la judicatura. Próximamente, la Generalitat prevé abrir nuevos centros a Tortosa, el Prat de Llobregat, Barcelona, Badalona, Mataró y Manresa.