En Catalunya hubo casi 3.000 muertos considerados "exceso de mortalidad" durante el verano de 2022. En cifras concretas, hubo 17.458 defunciones entre el 1 de junio y el 28 de agosto del año pasado y, de estas, 2.705 (15,5%) son consideradas exceso de mortalidad, según recoge un informe de Salud publicado esta semana. Los investigadores apuntan que la causa más probable del aumento de defunciones sea el fuerte calor, mientras que el impacto de la covid "parece más limitado", en un verano con la mayoría de la población ya vacunada y con temperaturas extremas durante muchas días. El informe muestra que el exceso de mortalidad fue superior en las mujeres y también en áreas rurales o en las urbanas más desfavorecidas.

Los termómetros registraron el verano pasado temperaturas inusualmente elevadas, con 42 días bajo ola de calor. La primera ola, entre el 12 y el 18 de junio, fue la segunda más temprana desde que se tienen registros. La segunda y la tercera olas de calor, del 9 al 26 de julio y del 30 de julio al 15 de agosto, fueron de las más largas de las que se tienen constancia. La segunda, además, fue la más extensa e intensa de las registradas en el estado español. "Nos pasamos casi todo el verano bajo calor extremo", recuerda la subdirectora general de la Cartera de Servicios y Mapa Sanitario del Departamento de Salud y una de las autoras del informe, Anna Mompart, en una entrevista con la ACN.

El informe recoge que el estado español sufrió un exceso de mortalidad "extraordinariamente elevado" en medio del verano, desde mediados de julio a mediados de agosto, sobre todo en la población mayor de 75 años, según el sistema de monitorización de la mortalidad EuroMOMO. Otros países, como Francia, el estado federado alemán de Hesse, Italia e Inglaterra también sufrieron un elevado exceso de mortalidad. Este indicador es la diferencia entre las defunciones registradas y las esperadas de acuerdo con una línea basal de referencia.

Las olas de calor, relacionadas con el exceso de mortalidad

Los investigadores han combinado los datos de la Red de estaciones meteorológicas automáticas de Catalunya con los datos de salud y, después de aplicar los decalajes teóricos, observan una correlación bastante clara entre la temperatura y las defunciones y menor entre las infecciones respiratorias agudas (IRA) y las defunciones. "El incremento de las temperaturas supone un aumento de las defunciones, mientras que la relación entre las IRA y las defunciones es baja", escriben en el informe. Mompart señala que el análisis descriptivo del estudio no permite establecer relaciones causales, pero que, de acuerdo con los datos recogidos, pueden concluir que "las ondas de calor, ligadas a la contaminación, la sequía, el bochorno y el polen, afectaron a la población y provocaron este exceso de mortalidad". Los autores precisan que detrás del exceso de mortalidad, hay que tener en cuenta una combinación de diferentes factores.

El porcentaje de defunciones identificadas como exceso de mortalidad es superior en las mujeres (8,8%) respecto de los hombres (5,1%), según el estudio. Los investigadores lo atribuyen a dos aspectos: por una parte, las mujeres están más en grupos de edad más avanzados, y de la otra, su nivel socioeconómico es menor y eso supone menos acceso a recursos delante del calor, como el aire acondicionado. Los autores también observan que el exceso de defunciones es más elevado en las áreas rurales y en las urbanas más desfavorecidas de Catalunya. Ahora bien, si se tienen en cuenta las características demográficas de estas áreas, el exceso de mortalidad no es tan superior.