El Hospital de Sant Pau de Barcelona practica una nueva técnica quirúrgica pionera en Catalunya en cáncer de pulmón que permite, a través de una única incisión por debajo del xifoides, el hueso inferior del esternón, extirpar el lóbulo pulmonar afectado y los ganglios, evitando el dolor postoperatorio.

Según ha explicado uno de los médicos que lidera el equipo de Cirugía Torácica del hospital, el doctor Joan Carles Trujillo, "la cirugía mínimamente invasiva para combatir el cáncer de pulmón en sus estadios iniciales se utiliza cada vez más, de manera que un 50% de los pacientes que lo sufren en todo el país lo superan mediante esta técnica".

No obstante, el Hospital de Sant Pau ha ido un paso más allá en este tipo de cirugías videoassistides, realizando la lobectomía "a través de una incisión que no atraviesa las costillas, por debajo del xifoides, que permite no tocar los nervios que causan el dolor al paciente", ha señalado Trujillo.

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El doctor Joan Carles Trujillo durante la intervención. Foto: Hospital de Sant Pau

El objetivo es extraer el lóbulo afectado, pero también los ganglios que están cerca de la zona dañada, para lo cual se practica en la misma intervención una extracción de los ganglios (limfadenectomia) a través de un acceso transcervical.

En palabras de otra de las cirujanas que ha llevado a cabo la operación, la doctora Elisabeth Martínez-Tellez, "la combinación de estas dos técnicas permite una resección completa del cáncer, sobre todo en relación con los ganglios, que son de difícil acceso vía subxifoidea".

Menos dolor postoperatorio

Así, esta intervención quirúrgica posibilita a los médicos llegar, en una misma operación, a las dos cavidades pleurales, tanto del pulmón derecho como del izquierdo, y al pericardio, la membrana que rodea el corazón.

La ventaja principal de este tipo de intervención quirúrgica, según ha destacado la responsable de Anestesiología Torácica, la doctora Anna Parera, es la disminución del dolor postoperatorio "de una de las cirugías más dolorosas para los pacientes".

"El abordaje torácico -ha añadido Parera- se traduce en el 40% de los casos en una cronificación del dolor posterior a la operación, cosa que nos ahorramos con la intervención subxifoidea".

Menos fármacos

En una toracotomia regular, el posoperatorio del paciente requiere fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINES), paracetamol y el uso de catéter paravertebral o epidural que suministre medicamentos de rescate como la morfina. "No obstante, con este tipo de cirugía el paciente sólo necesitará AINES y paracetamol y ningún rescate de morfina endovenosa", ha apuntado Parera.

Eso se traduce en un posoperatorio menos agresivo y en una menor estancia hospitalaria, un elemento importante teniendo en cuenta que, cómo ha indicado el director de Cirugía Torácica del hospital, al doctor Josep Belda, cada vez hay más casos de cáncer de pulmón a tratar con cirugía mínimamente invasiva.

"La cirugía mínimamente invasiva para combatir el cáncer de pulmón se aplicaba en el 8% de los casos en el 2015. En 2018, los casos que se tratan mediante esta técnica suponen el 72% del total, lo que repercute drásticamente en una reducción de la estancia hospitalaria, que ha pasado de los 8,8 días en el 2015 a los 3 días y pico el 2018 ", ha comentado Belda.

Los cirujanos encargados de esta operación pionera que se ha puesto en práctica en el Hospital de Sant Pau, realizada a una paciente de 57 años con lesión sospechosa de malignidad en el lóbulo medio del pulmón, han recalcado que este tipo de intervención quirúrgica tiene que usarse sólo cuando el tumor se encuentre en los lóbulos medios o superiores (en la mayoría de los casos).