El cerebelo es una masa de tejido nervioso situado en la parte posterior del cerebro cuyas funciones tienen que ver con el movimiento, pues permite que se produzcan de una forma equilibrada y coordinada. Pero ahora un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de Duke arroja más información sobre esta parte del cerebro que, según los expertos, ha ido experimentando cambios evolutivos que podrían haber contribuido a la cultura humana, el lenguaje y el uso de herramientas. La investigación, cuya autora principal es Elaine Guevara, ha sido publicada en la revista PLOS Genetics.

Los científicos que estudian cómo los humanos desarrollaron su notable capacidad para pensar y aprender se han centrado con frecuencia en la corteza prefrontal, una parte del cerebro vital para las funciones ejecutivas, como el razonamiento moral y la toma de decisiones. Pero desde hace un tiempo su atención también se ha centrado en el cerebelo por su papel en la cognición humana.

Guevara y su equipo investigaron la evolución del cerebelo y la corteza prefrontal buscando diferencias moleculares entre humanos, chimpancés y macacos rhesus. Específicamente, examinaron genomas de los dos tipos de tejido cerebral en las tres especies para encontrar diferencias epigenéticas, es decir, modificaciones que no cambian la secuencia de ADN, pero pueden afectar qué genes se activan.

En comparación con los chimpancés y los macacos rhesus, los humanos mostraron mayores diferencias epigenéticas en el cerebelo que en la corteza prefrontal, lo que destaca la importancia del cerebelo en la evolución del cerebro humano. Las diferencias epigenéticas fueron especialmente evidentes en los genes involucrados en el desarrollo del cerebro, la inflamación del cerebro, el metabolismo de las grasas y la plasticidad sináptica, el fortalecimiento o debilitamiento de las conexiones entre las neuronas dependiendo de la frecuencia con la que se utilicen.

CráneoHan encontrado más diferencias epigenéticas en el cerebelo que en la corteza prefrontal

Las diferencias epigenéticas identificadas en el nuevo estudio son relevantes para comprender cómo funciona el cerebro humano y su capacidad para adaptarse y establecer nuevas conexiones. Estas diferencias epigenéticas también pueden estar relacionadas con el envejecimiento y las enfermedades. Estudios previos han demostrado que las diferencias epigenéticas entre humanos y chimpancés en la corteza prefrontal están asociadas con genes involucrados en condiciones psiquiátricas y neurodegeneración. En general, el nuevo estudio afirma la importancia de incluir el cerebelo al estudiar cómo evolucionó el cerebro humano.

Según Guevara, “nuestros resultados respaldan un papel importante del cerebelo en la evolución del cerebro humano y sugieren que las características epigenéticas identificadas previamente que distinguen al neocórtex humano no son exclusivas del mismo.