La pandemia ha vuelto a poner en la palestra las desigualdades que existen en Barcelona, ya que la Covid-19 se ha ensañado con más fuerza en los barrios más empobrecidos. Así lo hace constar un estudio recientemente publicado en la revista Journal of Public Health y liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y el Instituto Universitari d'Investigació en Atención Primaria (IDIAP Jordi Gol). Una muestra de eso es que el distrito de Nou Barris, el que tiene la renta más baja de la ciudad, tuvo una incidencia de la enfermedad 2,5 veces más alta que Sarrià-Sant Gervasi, el más rico de la ciudad.

Para realizar el estudio se han analizado casi 9.000 de coronavirus detectados entre el 26 de febrero y el 19 de abril, uno de los momentos con los mayor pico de incidencia de la enfermedad en Barcelona, que se han comparado con los datos de renta media por distritos. La conclusión de la investigación no deja margen a la duda: los barrios con una renta más baja es donde se contabilizan un mayor número de positivos por la Covid-19.

Hospital del Mar / ACN

Una trabajadora limpia una UCI con enfermos de Covid-19 al Hospital del Mar / ACN

Casos por barrios

En concreto, los distritos con más afectación por el coronavirus es Nou Barrios donde se registraron 70 casos para cada 10.000 habitantes, seguido de Horta Guinardó donde esta cifra está de 64 casos por cada 10.000 habitantes.

En la otra costado de la balanza se sitúan los barrios con la renta más alta como Sarrià-Sant Gervasi y Les Corts con una afectación de 28 y 32 casos por cada 10.000 habitantes, respectivamente. En más, se da la circunstancia que los habitantes de estos barrios son los que tienen más disponibilidad de segundas residencias.

En la parte alta del ranking también se encuentra el distrito de Sant Andreu donde se registraron 51 casos por cada 10.000 habitantes. Eso, según el IMIM, se explica por el alto porcentaje de residentes de menos de 25 años (1 de cada 4).

En el caso de Gracia la afectación fue de 44 casos por cada 10.000 habitantes, en Sants – Montjuïc, de 47 casos; en la Eixample, de 42; en Sant Martí, de 39 casos. Finalmente, Ciutat Vella es otra de las excepciones del estudio. Pese a que es uno de los distritos con la renta más baja, la incidencia fue de 33 casos por cada 10.000 habitantes, una baja afectación que se debe a la fuerte presencia de turismo, población joven y extranjeros no residentes.

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Un camarero sirve unos clientes en la Rambla / ACN

Relación pobreza y coronavirus

La doctora Maria Grau, investigadora principal y miembro del Grupo de investigación en epidemiología y genética cardiovascular del IMIM y del CIBER en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), ha explicado a El Nacional que eso denota que esta enfermedad el estando sufriendo con más fuerza las personas con un nivel sòcio-econòmic más bajo. "Claramente se ve el círculo entre pobreza y enfermedad. Eso se tiene que romper de una manera u otra", ha especificado.

En este sentido, ha relatado que durante la pandemia se ha visto que las personas que trabajaban en las profesiones más necesarias como los supermercados o las fábricas son las que tienen rentas más bajas. Además, muchos de estos trabajos implican que no se puedan hacer desde casa, por lo cual las personas tienen que salir y coger el metro para ir a sus puestos de trabajo. Eso dificulta que puedan seguir las recomendaciones sanitarias como quedarse en casa o mantener el distanciamiento social en el transporte público para evitar el posible contagio. "Es indispensable que puedan realizar estos trabajos con seguridad", ha destacado.

Asimismo, ha apuntado, que las condiciones tampoco son las más óptimas cuando llegan a sus domicilios, ya que habitan en hogares sobreocupados o compartidos de los distritos más afectados. Aunque no esté en Barcelona, pero ha puesto un ejemplo reciente: "En Lleida uno de los focos se ha dado donde la situación es más precaria, a los temporeros".

Para abordar esta situación, Grau ha considerado que ahora que se ha detectado cuáles son los colectivos más vulnerables, cree que las administraciones tienen que hacer campañas más eficientes de comunicación de los riesgos entre las poblaciones con un mayor índice de incidencia, así como "más esfuerzos económicos" por reducir desigualdades entre la población. "Se tienen que hacer más pequeñas las diferencias en salud", ha sentenciado.