La hipertensión arterial, según la OMS, es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las partes del cuerpo. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón.

Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear. La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica).

La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma; por ello se le conoce como el asesino silencioso. En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre. Es muy peligrosa porque cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. La hipertensión es la causa prevenible más importante de enfermedades y accidentes cardiovasculares del mundo.

Un metaanálisis de 14 estudios de contaminación del aire de todo el mundo ha concluido que la exposición a altos niveles de contaminantes del aire durante la infancia aumenta la probabilidad de hipertensión arterial en niños y adolescentes, y su riesgo de hipertensión arterial en la edad adulta. El estudio aparece en un número especial sobre la contaminación del aire en la Revista de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Chicas adolescentesLa investigación ha estudiado el efecto de la contaminación en niños y adolescentes

El estudio

Esta revisión sistemática reunió información de 14 estudios centrados en la asociación entre la contaminación del aire y la presión arterial en los jóvenes. El gran análisis incluyó datos de más de 350.000 niños y adolescentes (edades medias de 5,4 a 12,7 años).

“Nuestro análisis es el primero en examinar de cerca investigaciones previas para evaluar tanto la calidad como la magnitud de las asociaciones entre la contaminación del aire y los valores de presión arterial entre niños y adolescentes”, afirma el autor principal del estudio, Yao Lu, profesor de el Centro de Investigación Clínica del Third Xiangya Hospital de la Central South University en Changsha, China apunta a que las conclusiones proporcionan evidencia de una asociación positiva entre la exposición a corto y largo plazo a ciertos contaminantes ambientales del aire y la presión arterial en niños y adolescentes.

La conclusión es que una exposición a corto plazo a PM10 se asoció significativamente con la presión arterial sistólica elevada en los jóvenes. Los períodos de exposición prolongada a PM2,5, PM10 y dióxido de nitrógeno también se asociaron con niveles elevados de presión arterial sistólica. Los niveles más altos de presión arterial diastólica se asociaron con la exposición a largo plazo a PM2.5 y PM10. “Para reducir el impacto de la contaminación ambiental sobre la presión arterial en niños y adolescentes, se deben hacer esfuerzos para reducir su exposición a contaminantes ambientales”, asegura Lu.