El confinamiento ha tenido un impacto positivo en el medioambiente de las grandes ciudades. Las mediciones de la calidad del aire mejoraron sustancialmente en este periodo, como demuestran los datos de la ciudad de Barcelona, donde la reducción del dióxido de carbono y del carbón negro fue del 50% aproximadamente.

Sin embargo, los niveles de ozono aumentaron entre un 33% y un 57% en la capital catalana, según un estudio publicado en The Science of the Total Environmental que analizó el impacto en el aire durante un mes de confinamiento y que ha sido presentado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Según los expertos, el estudio ha permitido ver los resultados que se pueden lograr mediante la implementación de zonas de bajas emisiones en las grandes urbes.

Vistas de Barcelona

Los expertos que han participado en el estudio aseguran que la pandemia de la  Covid-19 está provocando una serie de consecuencias sanitarias, ambientales y socioeconómicas sin precedentes en la historia de la humanidad. Las medidas de confinamiento totalmente excepcionales que se han impuesto han dejado vacías las calles de las ciudades, prácticamente sin vehículos, lo que ha derivado en un experimento involuntario que ha permitido valorar lo que ocurriría sin vehículos de combustión, permitiendo solo el transporte público y el transporte de suministros básicos.

Es importante tener en cuenta que cada año la contaminación del aire provoca graves problemas de salud y muertes, pues solo en 2017 hubo 4,9 millones de muertes en todo el mundo debido a esta causa. De hecho, en este año 2020, y aunque todavía son necesarios más estudios, algunas investigaciones ya indican que la Covid-19 tiene un mayor grado de agresividad cuando el aire está contaminado.

En concreto, un pequeño aumento en la exposición a largo plazo a las partículas PM2,5 –presentes en el aire contaminado de las ciudades– conduce a un incremento de la tasa de muerte por COVID-19, en una magnitud de aumento veinte veces mayor. Los resultados de esta investigación subrayan la importancia de continuar y hacer cumplir las regulaciones de contaminación del aire para proteger la salud humana durante y después de la crisis de la Covid-19, aseguran desde la SEPAR.

Desinfectando las calles

El estudio destaca asimismo que la reducción del tráfico también ha tenido consecuencias para el ruido. Las mediciones de la zona céntrica de la ciudad de Barcelona, ​​indican una disminución media de la presión sonora del 50%, pasando de 67 a 61 dB.

Con la presentación de estos datos, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha presentado el Año SEPAR 2020-2021 por la Calidad del Aire, Cambio Climático y Salud, con el apoyo de tres ministerios: el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El objetivo de este nuevo año de sensibilización  es poner de relevancia la necesidad de mejorar la calidad del aire y cuidar el medio ambiente.