No todo el cuerpo envejece al mismo tiempo, como a menudo se había pensado. Los diversos órganos y tejidos que conforman el cuerpo humano envejecen a velocidades diferentes, según se recoge en una investigación de la Universidad de Stanford (EE.UU.) publicada en la revista Nature. Además, esta investigación presenta una prueba que permite medir la edad de los principales órganos del cuerpo. A través de análisis de sangre se podrá detectar si hay algún órgano que está envejeciendo prematuramente por algún tipo de afección y tratarlo con tiempo.

El estudio ha puesto en duda y ha demostrado que la idea de que todos los órganos envejecen al mismo tiempo es errónea. Los resultados de la investigación muestran que cada órgano y cada tejido tiene su propia edad, la cual puede variar con respecto a la salud de este. El sistema utilizado es un análisis de sangre, lo cual haría relativamente sencillo aplicarlo para conocer el estado de salud. ¿Sin embargo, que se hace exactamente con esta sangre?

La prueba, todavía en fase experimental, de este estudio ha consistido en el análisis del plasma sanguíneo de más de 5.000 personas. Con estos tests se observó que en torno al 20% de los mayores de 50 años tenían un órgano envejeciendo a un ritmo acelerado y un 1,7% de las personas analizadas tenía dos o más. Este envejecimiento acelerado se relaciona con varias enfermedades o riesgos de salud. Por ejemplo, un envejecimiento acelerado del corazón dispara el riesgo de sufrir una insuficiencia cardiaca. De los once órganos y tejidos que se han analizado, no hay ninguno que tenga tendencia a envejecer más deprisa que los demás. Los órganos y tejidos analizados han sido el cerebro, los pulmones, el hígado, el páncreas, el intestino, el sistema inmune, el sistema vascular y el tejido graso.

Una nueva oportunidad para prevenir

El objetivo de esta prueba preliminar es ser una herramienta más para la diagnosis y el tratamiento de enfermedades cuanto antes mejor. Tony Wyss-Coray, director de la investigación, ha destacado que "podemos calcular la edad biológica de un órgano en una persona aparentemente sana. Lo cual, al mismo tiempo, predice el riesgo de enfermedad relacionada con ese órgano". A largo plazo, se espera que estas pruebas puedan ayudar a desarrollar nuevos fármacos para tratar este envejecimiento prematuro. Sin embargo, todavía quedan muchas fases delante antes de conseguir que el uso de estas pruebas pase a ser generalizado y no preliminar, como es actualmente. Una vez conseguido, los caminos de la prevención de enfermedades conducen a muchos escenarios diferentes.